EL FUTURO DE LA MODA CRECE BAJO EL AGUA
- Lara Zambarbieri

- 25 nov
- 5 Min. de lectura
Para cuidar el medio ambiente, investigadoras argentinas crearon un proyecto sustentable que experimenta en el diseño de indumentaria en base al cuero de pescado patagónico.
Imagina que llegas a una playa del sur, un paisaje soñado. Entre las olas y los restos del mar, ves peces muertos que parecen basura. Sin saberlo, sostenes en tu mano lo que pronto será una oportunidad: esos desechos se van a transformar en un producto.
En un taller de la Patagonia argentina están recibiendo varios kilos de cuero de pescado, que será trabajado para transformarlo en un producto comercializable y amigable con el medio ambiente. En el último eslabón de la cadena, un local de paseo expone carteras y accesorios elaborados con esos derivados del pescado, recuperados de la industria marítima. Lo que antes contaminaba, hoy renace como diseño sustentable, resistente y único.

El cuero de pescado no solo evita que miles de pieles terminen en la basura, sino que reduce el uso de agua y químicos, en comparación con los curtidos tradicionales. Además, fomenta la economía circular: conecta al sector pesquero con el diseño, la tecnología y las industrias creativas, lo que genera valor local y nuevas fuentes de trabajo.
“Las empresas que se comprometen con el medio ambiente y con el desarrollo humano también se comprometen con el crecimiento real de un país y de una población, y no solo con el crecimiento económico”, plantea la socióloga de la UBA Eugenia Correa, sobre el desarrollo del diseño sustentable en Argentina.
Una de las principales cuestiones para tener en cuenta al momento de fomentar el diseño sustentable y el trabajo artesanal es el precio final de los productos. “Hay quienes eligen pagar un poco más y apostar por este tipo de trabajos y hay otras en las que predomina más el precio”, comenta Gabriela Alatsis, también socióloga de la UBA e integrante del proyecto.
Para producir un cambio social se deben adoptar estas prácticas en mayor escala. Además, la nobleza de las fibras hace a la calidad de las prendas y a la durabilidad, lo que cuida el medio ambiente, a las personas y, también, al bolsillo.
“Si bien hoy nos parece más costoso una remera de poliéster que una de bambú, la durabilidad no es la misma y muchas veces el modo de producción tampoco es el mismo, en lo sustentable tratan de cuidar la transparencia a lo largo de toda la cadena de producción”, asegura Correa.

El desarrollo del proyecto surge para transformar un residuo de la industria pesquera en un material sustentable, resistente y estéticamente valioso. En este sentido, Alatsis aseguró que “también en indumentaria usaron algunas partes del cuero de pescado para producción de prendas”.
Este tipo de innovación implica repensar los materiales, los procesos y el consumo desde una lógica circular para demostrar que la sostenibilidad no implica renunciar al diseño o la creatividad. El desarrollo sustentable se basa en el concepto de la empresa conjunta, construida mediante iniciativas de diferentes sectores que trabajan en conjunto para alcanzar sus metas de común acuerdo. “La persona que elige consumir sustentable también adopta un modo de vida en consonancia con ese cuidado y respeto profundo por los recursos naturales y sociales”, sostiene Correa.
DISEÑO SUSTENTABLE
La idea de sustentabilidad nace de una pregunta ética: ¿cómo crear sin agotar? El desarrollo sustentable es la capacidad que haya desarrollado el sistema humano para satisfacer las necesidades de las generaciones actuales, sin comprometer los recursos y oportunidades para el desarrollo de las generaciones futuras.
El proyecto "Estrategias de sustentabilidad: experimentación con el cuero de pescado patagónico en el diseño de indumentaria y textil", entre los gobiernos de Quilmes y Chubut, no es solo una experiencia estética o productiva. El objetivo es entender que se puede obtener lo que necesitamos con responsabilidad para cuidar y regenerar los recursos.
“Los beneficios del cuero de pescado tienen que ver principalmente con evitar la contaminación, evitar los descartes que sobraban del pescado patagónico”, indica la experta Alatsis y agrega: “En Chubut se brindaron talleres con expertos que conocían el cuero de pescado para que la gente sepa como trabajar este tipo de materiales”.

Según el programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la industria de la moda es el segundo mayor consumidor de agua y, además, es responsable de emitir más carbono que todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos.

CONTAMINACION AMBIENTAL
Las tendencias aparecen, se propagan y desaparecen con la misma velocidad con la que deslizamos el dedo por una pantalla. Lo que ayer era novedad, hoy ya es archivo. La producción masiva, el consumo inmediato y la urgencia por lo “nuevo” generaron un ciclo tan efímero que apenas deja espacio para pensar de dónde vienen los productos, qué historias cargan los materiales que las componen, o cómo afectan al mundo.

Entre tanta velocidad, este proyecto decidió poner un freno, mirar atrás e ir al origen. Así, las pieles de pescado patagónico, olvidadas por la industria, se convirtieron en materia prima para crear moda con conciencia. En un sistema acostumbrado a correr, se eligió volver lento lo rápido, y darle valor a lo que el mercado había dejado atrás.
“A medida que la concientización vaya creciendo, se dará un cambio cultural profundo. Falta todavía generar una mayor reflexión y comunicación en esto, que no quede en un consumo de un sólo grupo social”, considera Correa.
No es casual que los sectores más pobres de la población sean los que sufren las peores condiciones de calidad de vida, y quienes padecen las consecuencias de la contaminación y del desarrollo no sustentable.
Vamos a poner a prueba tu conciencia ecológica con este juego de preguntas y respuestas:

UNA CURSIOSA MARCA DE ROPA
Carteras creadas con pieles de pesca recuperadas, zapatos que llevan en su textura la historia del mar y accesorios que transforman el descarte en belleza son algunas de las características que destacan a este proyecto de innovación con sello del CONICET.


El cuero de pescado patagónico no es solo un material, ya que es un símbolo para reconciliar a la moda con la naturaleza, al diseño con la ciencia, y al consumo con la conciencia.
Desde las costas del sur argentino, esta iniciativa nos recuerda que la sustentabilidad es un camino de regreso a lo esencial: producir con respeto, crear con sentido y habitar el planeta sin agotarlo. Quizás el verdadero lujo del futuro sea abandonar la última tendencia y usar algo que nació del descarte, del mar y de una idea que apuesta por permanecer.


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