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BUENOS COMPRENDEDORES

  • Carolina Salgado Vega
  • 19 nov 2024
  • 7 Min. de lectura

En un mundo inundado de información, la lectocomprensión atraviesa la vida de las personas, pero ¿cómo se enseña a entender un texto en la era digital?


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EducarChile

Un niño se sienta emocionado en el borde de la cama con un libro extendido sobre las piernas. Aún no sabe leer, pero le encanta que los papás le lean un cuento justo antes de irse a dormir. Quiere aprender, y entonces simula leer, porque por algo se empieza, ¿o no?


Nadie nace sabiendo. La lectura, escritura, producción y comprensión de textos son habilidades lingüístico culturales, porque se aprenden y se pueden enseñar, ejercitar y mejorar todos los días, pero si es desde el nivel inicial mucho mejor para los más pequeños, y su desarrollo en el futuro.


El desafío de los padres se presenta al querer inculcar el hábito de la lectura (y no abandonarlo) en los primeros años de vida de sus hijos, y así crear el mundo mágico de Terabithia, o brindar la posibilidad de acceder a nuevos libros, compartir historias con ellos para ampliar su vocabulario, aprender a leer, y complementar con la actividad escolar. 


”Cuando escuchamos a un nene o a una nena decir ‘está ponido’ o ‘no anda la imprimidora’, eso nos demuestra que está generando una palabra que no existe, pero aplicando ciertas reglas de regularización, por eso es que se dice que el lenguaje oral tiene algo de innato”, expresa Valeria Abusamra, investigadora del CONICET.


¿Cómo se enseña a comprender un texto? ¿Cuáles son las estrategias en la era digital? Los programas La ciencia de la lectura. Los desafíos de leer y comprender textos, Leer para comprender y aprender, Leo que te leo, entre otros, sirven para preparar, orientar, y apoyar a las personas. “Son libros pensados para ejercitar la comprensión de textos, en especial en la escuela primaria, secundaria, y a veces en la universidad”, revela la doctora en Lingüística.


Resultados que resuenan 


Según los últimos resultados de las pruebas internacionales PISA, en Argentina un 45% de los estudiantes del secundario alcanzaron el nivel 2 o superior en lectura, siendo el promedio de 74% entre todos los participantes de la evaluación. De esta manera, los alumnos pueden identificar la idea principal en un texto de extensión moderada, encontrar información basada en criterios explícitos y reflexionar sobre los textos.


Sólo el 1% de los estudiantes argentinos obtuvo una puntuación de nivel 5 o superior en lectura, es decir, por debajo del promedio de 7% de todas las escuelas que fueron parte del examen. En este nivel, pueden comprender textos extensos, manejar conceptos abstractos o contrarios a la intuición, y establecer distinciones entre hechos y opiniones basadas en señales implícitas relacionadas con el contenido o fuente de la información.


En materia de lectura, Argentina obtuvo 401 puntos (1 punto menos que en la medición anterior), y quedó en el puesto 58°. Las pruebas evalúan los conocimientos del alumnado, y a través del mismo exploran qué tan bien pueden resolver problemas, pensar críticamente y comunicarse de manera efectiva.



“Lo que vemos es que hay un rendimiento mucho más bajo del que quisiéramos-manifiesta Abusamra-, pero la realidad es que quienes investigamos, lo que nos preguntamos es si verdaderamente se está enseñando a comprender textos como corresponde, porque se trata de una habilidad cultural que se enseña”.


Para la especialista, hay más seguridad y consenso respecto de cómo se enseña a leer, escribir, y producir un texto, pero no hay tanto acuerdo en relación a cómo educar para entender un escrito, y en referencia enfatiza que “esto es lo que muchas veces hace que haya dificultades de comprensión en todos los niveles de escolaridad”.


Aprender a leer y leer para aprender 


Entre los mil significados que podemos darle al lenguaje, uno de ellos es la capacidad que brinda a las personas para comunicarse. Al igual que con la lectura, adquirir nuevos conocimientos e interactuar resulta fundamental. “El niño o la niña cuando nace tiene que ser inserto en un medio social, sino no desarrolla el lenguaje”, precisa la experta en Lectura, Neurociencia y Aprendizaje.


La lectura y la comprensión de textos son habilidades culturales esenciales para el desarrollo social y educativo de los seres humanos, por lo que es vital guiar el proceso de comprensión lectora, ya que suele ser un problema que se arrastra desde los primeros años de vida. “Los chicos que vienen de hogares donde entran en intercambios con los adultos más sistemáticos, es decir a los que se les habla más, tienen menos problemas para desarrollar la lectoescritura”, puntualiza la profesora de Psicolingüística en la UBA.


Los lectores a medida que crecen y leen para comprender un texto, construyen representaciones mentales del mundo real o ficticio al que el texto hace referencia. Existe una relación entre las distintas partes del texto y el conocimiento del mundo del lector. Entonces, ¿en qué consiste? “En la construcción activa de significados, es decir el lector aporta todo su conocimiento, y frente a un texto que está leyendo completa todo eso que no dice”, confirma la especialista en lectura y comprensión de textos.




Según aclara Abusamra, “lo inferencial tiene que ver con las hipótesis que generas sobre la información que el texto no te dice, y tenés que recuperar”, de manera que es importante enseñar y ejercitar esos mecanismos inferenciales y, a su vez, monitorear la lectura.


Para la experta, hay dos tipos de estrategias que entran en juego a la hora de comprender las líneas de un texto: las cognitivas que son enseñar a inferir, a desarrollar habilidades de vocabulario, de estructura sintáctica; y las metacognitivas, que son el monitoreo de lo que estás leyendo, o la flexibilidad para leer, aunque las estrategias cambian de acuerdo al objetivo de lectura.


La doctora en Lingüística detalla que la lectocomprensión se puede “evaluar con el texto presente” por medio de una “prueba de múltiple choice”. Para ello, hay que neutralizar todo lo que tiene que ver con la memoria, o producción (que en este caso no se quiere evaluar), y, directamente, seleccionar entre 3 o 4 opciones la correcta. Es importante monitorear el avance en el aprendizaje para evitar una serie de eventos desafortunados.


Entre líneas digitales 


En la actual era digital, se pasó de la palabra a la imagen, y del libro a la pantalla. Las redes sociales cambian constantemente la forma de procesamiento de la información, y en consecuencia generan un impacto en las personas, y en la comprensión de textos más largos o complejos, y que requieren más atención. La galaxia Gutenberg de Marshall McLuhan deja su huella en un mundo que hoy consume inmediatez.


¿Es posible un enfoque que integre la cultura letrada con la digital? La escuela como un espacio de debate, a través del cual la lectura en el aula sea un acto compartido, y se presente al texto vivo, y al adolescente como parte de él, en donde pueda intervenir, además de observar y analizar para crear sus propias ideas, y disfrutar en el proceso de aprendizaje.


La especialista señala que “en la escuela se enseñan contenidos del siglo XIX, con docentes formados en el siglo XX, pero para alumnos del siglo XXI”, y agrega: “Hay un desfasaje muy grande en cómo se está enseñando, y en lo que está pasando en las formas de procesamiento de la información”.


Leemos de acuerdo con nuestro tiempo y, en este enseñar, es útil incorporar cursos de formación docente, con el objetivo de presentar otros tipos de ejercicios. “Trabajar la comprensión lectora, el vocabulario, la estructura sintáctica, las inferencias, la jerarquización de la información”, advierte Abusamra, quien también da seminarios sobre la ciencia de la lectura en FLACSO.


Hace otra pausa y ¡escanea!

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¿Sabes qué significa la palabra ‘pipí cucú’? De acuerdo con la investigadora, usar otros recursos o formatos es beneficioso para difundir la curiosidad por aprender, a partir de interrogantes como de qué trata esa palabra, en qué contexto se utiliza, por qué surge, quién la inventó, entre otros, y así también ganar una mayor participación.


La docente de lenguaje y cognición en UdeSA destaca que es necesario estimular la lectura, y volver interesante aquello que no pueden dejar de leer, pero no sólo a través de textos, sino de otros formatos como las “películas, historietas, canciones”. “Es un proceso que se retroalimenta, donde vos presentas cosas, y en la medida que se entusiasman se arman discusiones más interesantes, y ellos guardan la información de manera más sencilla”, señala.


“Utilizar todos los formatos posibles para poder motivar, y llevar a pensar en ese proceso que hay que desarrollar”, afirma Abusamra, quien resalta: “todo eso genera curiosidad en los chicos, y deseo de saber más, aprender más, y de leer más”. Mientras trabajas con la novedad, la persona puede incorporar y guardar mejor la información.



Según remarca la investigadora, con la ayuda de cortos, videos, el significado de palabras o la publicidad de Coca Cola derribemos los prejuicios como disparador, se puede empezar a reflexionar el “cómo se genera una hipótesis”, que después se tiene que desarticular, porque podría ser errónea. Se trata de un recurso que sirve para “trabajar o discutir un proceso particular de la comprensión de textos”. 


El desafío: activar el modo avión y evitar la mente errante. Mientras se lee en formato digital, al mismo tiempo se producen otros estímulos como la llegada de mensajes, alarmas y notificaciones de redes sociales, que distraen y dificultan la comprensión global del texto. “No todo el mundo sabe muy bien cómo compatibilizar ambas cosas”, asegura la experta en lectura y comprensión.


La investigadora del CONICET, apunta que hoy en día hay ciertos tipos de “textos que se siguen leyendo mejor en papel que en computadora y celular”, porque se puede lograr una mayor “concentración” al leer un escrito más complejo, pero “cuando se solucione ese problema, y se pueda usar la tecnología sin distraerse, es algo que hay que incorporar sin duda”.


“Las redes sociales lo que hacen es propiciar un procesamiento muy particular-opina Abusamra-, uno lee poca información, cambia de foco rápidamente, entonces otro desafío es cómo hacer para no perder el training para enfrentarte a la lectura de textos mucho más extensos”.


La gente está expuesta a múltiples voces, interpretaciones (o lecturas), por las distintas pantallas con recursos en audio, video o imágenes que conviven y sirven para encontrar puntos de conexión entre generaciones y así seguir formándose juntos, debido a que existen varias formas de aprender a comprender lo que leen, ven o escuchan.


¿Querés saber si te faltó concentración en la lectura? Click acá.


A leer se aprende. Ahora, ¡a escribir!



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