COLORÍN, COLORADO: ¿LA MONEDA DE PAPEL HA TERMINADO?
- Federico Pereiro
- 14 may 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 19 nov 2024
Investigadores de la Universidad de La Matanza analizan el avance de las criptomonedas y
monedas digitales como posible alternativa al dinero físico.
¿Te imaginás un mundo sin efectivo?
En Argentina, ante la inflación y la devaluación del peso, cada vez son más las personas que optan por usar aplicaciones que les permiten guardar su dinero en forma digital, sin la
necesidad de acumular cientos de billetes. Incluso, en el último debate presidencial, el candidato oficialista Sergio Massa sorprendió con el anuncio de la creación de una moneda digital a nivel nacional.
Sin embargo, como bien sabrán, este fenómeno no se circunscribe únicamente a nuestro país. Otro mundo digital, el de las criptomonedas, ya viene irrumpiendo la economía tradicional desde hace ya casi dos décadas. En este contexto, un grupo de investigación del Departamento de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) realizó un estudio exploratorio sobre los alcances y características de las criptomonedas, su potencial regulación y las diferencias con otros activos electrónicos como las monedas digitales y las monedas virtuales.
Comencemos por lo básico, ¿Qué es cada una?
La Magister Adriana Haydee Narváez, directora del proyecto, destaca un punto “clave” para entender sus diferencias: “las monedas digitales son aquellas que, si bien son electrónicas, tienen regulación por parte de una autoridad monetaria como el banco central, en cambio, las criptomonedas y monedas virtuales no son emitidas ni reguladas por ningún banco”. A su vez, aclara que las monedas virtuales “se usan mucho en todo lo que son videojuegos”, pero no son tan seguras como las criptomonedas.
Estas últimas basan su seguridad en el control descentralizado; ninguna persona o grupo tiene el control absoluto de ellas. Las criptomonedas usualmente operan bajo una tecnología conocida como “Blockchain”, que funciona como una base de datos encadenados donde cada transacción queda registrada en internet en forma de “bloque”.
De esa manera, cada persona que interactúa con el sistema puede ver las operaciones y “dar fe” de que el dinero existe de verdad, lo cual sustituye a muchas entidades intermediarias que deben regular y controlar las transacciones como con las monedas físicas.
Lo bueno y lo malo
Narváez destaca que varios estudios de la Organización Mundial de Comercio (OMC), indican que el uso de criptomonedas y las actividades comerciales con empresas Fintech permitieron una “mayor inclusión económica” a ciudadanos de países menos adelantados como es el caso del continente africano, donde muchas personas, a través de sus celulares, “han podido acceder al comercio electrónico y generar pequeños emprendimientos que mejoraron su calidad de vida”.
“Yo no soy tampoco defensora a ultranza”, aclara Narváez, quien considera que, si bien las criptomonedas han facilitado el comercio, “el sistema no es perfecto”. “Hay criptomonedas que no cumplen con la función de ser un activo de reserva”, advierte la investigadora. Pero, ¿En qué consiste un activo de reserva? Narváez lo define como la capacidad que tiene un activo de conservar su valor a lo largo del tiempo. El Bitcoin, con sus grandes e históricas oscilaciones en su cotización, no podría considerarse uno.
La investigadora menciona además que existe un tipo de criptomonedas llamadas “Stablecoins”, las cuales están atadas a un activo principal, por ejemplo el dólar, lo cual hace que la volatilidad sea mucho menor. En cambio, el valor de las criptomonedas comunes como Bitcoin o Ethereum depende únicamente de factores de mercado, como la oferta, la demanda y la confianza de los inversores en el activo.
Según la investigadora, otra de las desventajas tanto de las criptomonedas como de las monedas digitales es el problema de la accesibilidad a internet. “Es muy dificil que esto se pueda masificar si no podés garantizar una conectividad importante en todo el país”, asevera Narváez. De esta manera, la economista remarca la importancia del desarrollo de infraestructura para poder llevar adelante el proyecto. Aun así, aclara que a nivel mundial “ningún país tiene planteado hacer desaparecer de forma inmediata la moneda física”, sino que se busca un régimen de convivencia mixta.
Países con proyectos de moneda digital
No es la primera vez en el mundo que se plantea el uso de una moneda digital. Narváez menciona el caso del euro Digital, un proyecto actual y aún en vigencia del Banco Central Europeo que tiene como objetivo que los veinte países que utilizan el euro comiencen a trabajar con su versión digital para disminuir los costos.
Otro de los casos destacados es el del Yuan Digital. Según relata la investigadora, China es un país que viene “realizando pruebas pilotos hace ya dos años”, y este 2023 el país asiático realizó por primera vez un pago internacional en moneda digital.
Por otro lado, de acuerdo a Narváez, el uso de una moneda digital “no cambiaría tanto”, ya que “técnicamente lo único que sería es que deja de ser físico y se agiliza la transición, pero la emisión y la regulación seguirían rigiéndose por el banco central o la autoridad monetaria de un país. “Las consecuencias que puede traer para bien o para mal la emisión no pasa porque sea un activo digital o físico sino por lo que implica el emitir o no”, agrega la investigadora.
Inversión responsable
Narváez remarca que cualquier persona puede invertir en criptomonedas, pero advierte que la forma correcta de informarse es a través de cursos de organizaciones conocidas y no dejarse llevar únicamente por anuncios en redes hechos por influencers u otros famosos.
“Los famosos a veces atraen a gente que tal vez no está tan metida en la cuestión y eso le genera cierta confianza porque dicen, ´bueno pero si esta persona que es conocida o que es famosa lo está publicitando debe ser porque es una empresa seria´. Primero hay que informarse muy bien y tratar de educarse en el tema. Si mañana hay una empresa diciendo que usa tecnología Blockchain, pero la empresa no brinda confianza, no es que la tecnología sea insegura, sino la empresa”, asegura.
Además, la investigadora recomienda a cada futuro inversor preguntarse antes de invertir en cualquier activo cuál es el objetivo que se persigue. Por ejemplo, si se busca obtener una ganancia de hoy a 10 años, la oscilación que tenga una criptomoneda no importará demasiado, ya que la inversión es a largo plazo.
Fuentes
https://www.ctys.com.ar/sociales-y-humanidades/criptomonedas-entre-la-seguridad de-las-operaciones-y-los-desafios-legales/
Programa de Investigación: “La expansión y evolución de las criptomonedas. Su potencial regulación y los organismos internacionales involucrados. El caso del Bitcoin y su impacto en el comercio internacional”.
Entrevista con la Mg. Adriana H. Narváez.
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