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CUANDO "LOS JUEGUITOS" VALEN LA PENA

  • Santiago Medaglia
  • 28 nov 2023
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 29 nov 2023

Nuevos estudios demuestran los beneficios ¿ocultos? del gaming.


Los videojuegos forman parte de la cultura popular y nos enamoran desde hace décadas. Cuando jugamos por primera vez al Age of Empires, al Counter Strike o al GTA lo único que pensamos es en cómo no lo hicimos antes y si podemos quedarnos para siempre en ese mundo. Lamentablemente, esa burbuja de felicidad explota rápidamente en tu cara y encontrás a los adultos diciéndote que dejes de perder el tiempo y hagas algo productivo. Tienen toda la razón… ¿o no?


Durante muchos años existió una corriente de estudios enfocados en los efectos negativos de las nuevas tecnologías sobre los usuarios que plantearon la idea de qué los videojuegos son “malos” para la salud de los jugadores. Sin embargo, en los últimos años, encontramos una línea de investigación centrada en los beneficios de su uso.


Alejo García-Naveira Vaamonde, Martin Jiménez Toribio, Borja Teruel Molero y Alejandro Suárez, especialistas en Psicología del deporte del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, realizaron una investigación donde se analizan más 26 estudios, publicados entre 2012 y 2018, enfocados en el análisis de las consecuencias del consumo regular de videojuegos. Así llegaron a la conclusión de que pueden producir mejoras en las capacidades cognitivas, habilidades psicológicas y en el desarrollo de valores de los individuos.


SOBRE LAS CAPACIDADES COGNITIVAS











¿Cómo que los videojuegos no te dejan quemada la cabeza? Entre los estudios analizados podemos encontrar que algunos títulos, concretamente de acción como Call of Duty, Battlefield o GTA mejoran la memoria de trabajo, la flexibilidad cognitiva y la búsqueda visual de los usuarios. Además, incentivan la habilidad multitarea (capacidad de procesar múltiples elementos informativos mientras se llevan a cabo varias subtareas), la habilidad para procesar información periférica y la habilidad para procesar la comunicación verbal.


“Es necesario desarrollar estas habilidades para poder manejar los estímulos de la vida cotidiana cómo los qué recibimos diariamente por la virtualidad, por las redes sociales y por la cantidad de mensajes qué recibimos constantemente. Además, muchos trabajos en la actualidad exigen y demandan este tipo de habilidades por lo cual es un gran beneficio”, señala Mailén Peralta, licenciada en Psicología de la UBA.


Este estudio determinó que la práctica regular de los videojuegos estimula ciertas estructuras cerebrales y desarrollan las capacidades cognitivas como la inteligencia, la memoria de trabajo, la reflexión, la toma de decisiones, la flexibilidad cognitiva, la búsqueda visual, la habilidad multitarea, el aprendizaje, procesamiento de la información y el tiempo de reacción.


SOBRE LAS HABILIDADES PSICOLÓGICAS










¿Y qué pasa con nuestra psiquis? Según algunos estudios, los videojuegos de estrategia mejoran capacidades psicológicas como la autorregulación, ya que los jugadores pueden establecer metas, planificar y organizar estrategias al basarse en diferentes criterios de elección, lo que resulta especialmente interesante en etapas como la adolescencia, cuando se puede reflexionar acorde a unos criterios para obtener éxito. De esta manera, los videojuegos se vuelven una herramienta potente en ámbitos como el educativo.


En este punto, Peralta afirma que “la adolescencia es una etapa muy importante en el desarrollo de todo ser humano donde se definen cuestiones fundamentales como la identidad, el autoconocimiento y las relaciones cómo eje fundamental de todos estos cambios”.


Los videojuegos ayudan a desarrollar los vínculos en personalidades más introvertidas qué no suelen hacer sociales tan fácilmente y a veces un personaje o una apariencia puede servir de facilitador.


“En cuanto a la educación los videojuegos pueden ser de beneficio siempre y cuando también haya adultos qué modelen y moderen ese consumo para qué exista esa reflexión qué muchas veces los chicos no hacen por sí mismos”, sostiene la investigadora


Es importante tener en cuenta que la adolescencia es una etapa de exploración y descubrimiento de habilidades, por lo tanto, hay que garantizar que los resultados buenos o malos de un videojuego no definen la identidad de quien juega, una partida perdida no significa que seas malo, una partida buena no significa que ya seas el mejor. “Los juegos pueden ser algo bueno por qué los motiva a esforzarse en eso, saliendo de lo puramente teórico del colegio y pueden descubrir así qué son inteligentes o qué tienen otro tipo de habilidades qué está buenísimo qué puedan ampliar y desarrollar”, enfatiza la psicóloga.


Para personas con cierta ansiedad social jugar a videojuegos de Role-Playing Game (RPG), como World Of Warcraft, puede habilitar la interacción mediante avatares personalizados en mundos virtuales. Además, la virtualidad resulta más sencilla que las formas presenciales porque los sujetos pueden verse protegidos y mostrarse realmente como son. En esta línea, los videojuegos serían un medio para la mejora de la competencia y la socialización de los sujetos más introvertidos, que pueden permitir una transferencia a la vida real.


SOBRE EL DESARROLLO DE VALORES











Ah, los valores, que haríamos sin ellos. ¿Qué son los valores? Según la profesional de la UBA, “son esos principios o ése grado de importancia qué le damos a ciertas cosas en la vida como la amistad, la confianza, el trabajo en equipo, el estar para el otro, la autonomía entre muchos más y que guían la forma en que construimos los vínculos y desarrollamos nuestras vidas”.


Así, los videojuegos pueden ser un excelente medio para el crecimiento personal y desarrollo de valores en las personas. En otro estudio, se llegó a la conclusión de qué jugar a videojuegos cooperativos influye en las intenciones colectivas (we-intentions) y en el trabajo en equipo.


“El comprometerte con algo en lo que todos quieren lograr es super importante y se desarrolla bastante en el juego muchas veces incluso con personas qué no se conocen en la vida real y aun así existe ese esfuerzo por el otro qué quiere lo mismo. También es importante por el desarrollo natural de roles qué se va dando, donde se ponen de acuerdo y se aceptan tácitamente para lograr un objetivo en común. Eso qué se da está buenísimo y se puede utilizar para trabajar en otros aspectos de la vida también”, resalta la psicóloga.













Por lo tanto, se convierte en una forma de entrenamiento que puede beneficiar el trabajo en equipo en la vida real, al mismo tiempo que mejora el compromiso, la cooperación, la recompensa por el esfuerzo y la percepción de poder en los gamers.


Por último, se observó que mientras más frecuentemente los miembros de la familia juegan videojuegos juntos, mejores son la satisfacción familiar y la cercanía de la familia. Las familias con mala comunicación familiar se benefician más del co-juego que aquellas con comunicación familiar efectiva.


SOBRE LOS LÍMITES


Sí bien este estudio demuestra que los videojuegos pueden ser una herramienta útil para el desarrollo de habilidades cognitivas es importante entender que esto se da en un ambiente controlado y equilibrado, la exposición excesiva puede traer más desventajas qué ventajas en lo cognitivo. “Desde el enfoque Cognitivo-Conductual podemos ver que manejar tantos estímulos durante un tiempo prolongado puede resultar muy estresante para el cuerpo y para la mente, por ende, encontramos este límite de que sí no se ponen límites necesarios y sanos los videojuegos pueden generar cansancio, sentimientos de frustración por no ganar o lograr un objetivo, enfrentar cosas de la vida cotidiana pueden ser más difíciles al quedar afectado negativamente por el juego, etc.”, explica Peralta.


Con respecto a los beneficios psicológicos, específicamente en la adolescencia, también encontramos ciertos límites. “Es necesaria la intervención humana y relacional por fuera del juego para facilitar la reflexión y a la vez tener en cuenta que en esta búsqueda de identidad y desarrollo de personalidad los videojuegos pueden ser facilitadores, pero también en algunos casos pueden estorbar y llevar a inhibirse a sí mismo por los resultados que obtiene en los videojuegos”, considera.


La práctica regular de videojuegos trae un montón de beneficios, pero como en todo estudio sobre el ser humano social es importante tener en cuenta que el contexto, la subjetividad, y las experiencias individuales y colectivas son claves a la hora de establecer un equilibro en la relación de las personas con las nuevas tecnologías.


“No pondría a los videojuegos como buenos o malos, sino que hay formas saludables de utilizarlos y formas que no son saludables. Por un lado, la manera saludable es todo lo que tiene que ver con incorporar a los videojuegos como espacios de procesos, de desarrollo, de vínculos, con sus límites de horarios de consumo y sin perder la conexión con su contexto. Por otro, la manera no saludable sería el exceso, sin límites, a través de la queja, que todo pase por la virtualidad y no haya conexión con otros aspectos de la vida. Hay que ser consciente de que no todos somos iguales, no en todos tienen los mismos efectos. El autoconocimiento es clave, ya que los videojuegos tienen muchos beneficios si se utilizan de manera saludable y responsable”, concluye la profesional de la salud.


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