FRUTAS DE SEDA: INTACTAS POR MÁS TIEMPO
- Luciana Palacios
- 24 nov 2023
- 1 Min. de lectura
Una nueva técnica para conservar alimentos a partir de un recurso natural.
Fue un accidente revelador: al participar en una competencia culinaria donde debía incluir seda en la preparación dejó sin querer unas frutillas sumergidas en un líquido con componentes de la fibra de seda. Una semana después, estaban intactas.
Benedetto Marelli, profesor asistente de Ingeniería Civil y Ambiental en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), investiga hace años el uso de la seda para estabilizar medicamentos y vacunas. Sin embargo, de casualidad, encontró su poder como conservadora de alimentos.

Se trata de una fina capa de 0,004 milímetros de grosor que no influye en el sabor ni el olor. Actúa como barrera para evitar la deshidratación, la oxidación y la producción de microbios.
Es una nueva alternativa sustentable para reducir el desperdicio alimentario por falta de conservación. Además, con la seda se puede disminuir el 40% de los plásticos utilizados usualmente para el empaquetado de comestibles y tener menor impacto ambiental.
"Creemos que nuestra tecnología es la que puede permitir realmente la eliminación de los envases plásticos de alimentos", asegura Marelli.
Aunque ya se han utilizado tecnologías para prolongar la conservación, suelen incluir modificaciones genéticas o materiales poco amigables para el ambiente. El investigador explica que realiza un proceso con agua y sal para aislar y reformar la proteína natural de la seda de manera rentable.

Asimismo, esta innovación surge a partir de un producto natural proveniente de los capullos de gusanos de seda de China, llamados Bombyx Mori, que garantiza un proceso sostenible con recursos totalmente naturales.
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