CUERPO + ALMA= ¿BELLEZA?
- Ornella Morelli
- 19 nov 2024
- 6 Min. de lectura
¿Qué es lo bello? Es una pregunta que va a perdurar durante toda vida. Sin embargo, los griegos pudieron definir 3 conceptos para alcanzar el ideal de la belleza, que los estereotipos actuales reproducen en la vida diaria.
Salís a bailar con tus amigos, ya son las 3 de la mañana y hace rato te estuvo gustando una persona, pero ¿Qué te atrajo? Hay una frase muy conocida que es “primero entra por los ojos” ¿La belleza física es superior a la personalidad? ¿Puede atraernos alguien solamente por el aspecto? Con el modelo de belleza helénico, instalado desde el 1200 a.C., surge la idea de que la belleza física se retroalimenta de la belleza intelectual.
En una boda donde asistieron todos los dioses y mortales, Eris (la diosa de la discordia) no fue invitada por lo que dejó una manzana en el banquete para “la más bella”. París (príncipe troyano) fue quien tuvo en su poder la decisión sobre quien era merecedora de la fruta y, por ella, las diosas más poderosas le ofrecieron recompensas a cambio de elegirlas. En el juicio prefirió la belleza de Helena (Hija de Zeus y esposa de Menelao) que le garantiza Afrodita, por sobre la sabiduría que le ofreció Atenea y el poder que le iba a dar Hera. Por esta simple decisión se desencadenó la Guerra de Troya.
Paris representa el gran poder que puede provocar en las personas la belleza, esa ambición por conquistar al estereotipo de la persona más bella, ¿Cómo sabemos que efectivamente Helena era la mujer más bella? ¿Cuáles eran las características de la belleza en esa época? ¿Tenemos la misma concepción que los griegos?

La doctora en historia de las colecciones de copias en yeso en Sudamérica, Milena Gallipoli aclara que, si bien uno piensa que a veces “lo griego perdió total vigencia”, y que no hay referencias explícitas, en realidad podemos encontrar en la actualidad, un “montón de cosas” que se “detectan” con las mismas características, y “más que nada en la cultura visual”.
La Becaria Posdoctoral del CONICET en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) explica que “los griegos pensaban que la belleza era una verdad”, que ellos tenían una cuestión “objetiva” de la misma”. Gallipoli sentencia que “si es que existe” la belleza como concepto, es algo “inalcanzable porque ya el hecho de ponerlo en forma es un fracaso, te aleja de esa verdad”.
La Coordinadora de Investigación de la colección de calcos escultóricos del Museo de la Cárcova presenta 3 modelos de belleza para la Antigua Grecia en su artículo “Canon, velo y eidôlon: Tres escenas de la conformación de la belleza en la Antigüedad griega”.
Ni muy muy, ni tan tan
La autora desarrolla que “el Canon de belleza son aquellas formas y proporciones universalmente aceptadas por los artistas como obligatorias y esenciales para acceder a las proporciones bellas”.
La figura masculina es la que predomina en el Canon, el ideal del cuerpo desnudo proporcionado del atleta o del héroe es el mayor ideal de belleza. Como señala Gallipoli, este ideal continúa “hasta el periodo clásico inclusive”.
La especialista del CONICET evalúa que lo que predomina en el arte griego es la idealización, un ideal en contra de los excesos y del hybris. Por ejemplo, a la hora de representar a los bárbaros los hacían muy adornados o muy vestidos o con penes sumamente grandes, que también son una señal de exceso.
En la actualidad, un ejemplo de hybris puede estar representado en los hombres que consumen creatina para aumentar la masa muscular o la utilización del ácido hialurónico, los labios voluptuosos, como una gran demostración de lo excesivo.
Los griegos pensaban la belleza mediante un cuerpo medido, construido, atravesado por el entrenamiento del gimnasio. El que encarna este modelo es la escultura del Doríforo de Policleto, un hombre masculino musculoso, pero no tanto, con brazos grandes, pero no en exceso, hasta el formato de su pene muestra un tamaño equilibrado para los griegos.
La kryptonita del arte
En este modelo pasamos del músculo masculino trabajado al cuerpo femenino como un cuerpo, de carnes blandas, que la hace “más transparente, más elusiva y los límites se borran”, en donde el velo es un recurso que en algún punto “multiplica esa blandura, porque la hace más transparente, más elusiva”, según la Investigadora del CONICET.
“A la hora de figurar un cuerpo desnudo femenino acecha el peligro”, califica Milena Gallipoli en su artículo. Se la tenía que tener controlada, porque representaban la tragedia, como Helena de Troya, que simboliza la belleza trágica. La idea de peligro está asociada con la mujer porque ella actuaría en nombre de la venganza o modifica las situaciones para el propio beneficio o para alterar el camino del héroe.
La magister en Historia del Arte Argentino y Latinoamericano aclara que Pandora es un claro ejemplo del rol de la mujer en este modelo, por eso se la viste en el arte, “para limitar el peligro que muestra y para insertarla dentro de la civilización como ser-mujer”.
Se recurre al elemento del velo para desmaterializar y desdibujar la forma pura del cuerpo, donde se implementa la técnica de paño mojado que permite tallar el cuerpo cubierto con un juego de pliegues dado por una tela mojada.
En la actualidad, personificamos a los griegos como gente caminando con una cortina o un velo semi-transparente, cuando en realidad era ropa más pesada. Este estereotipo se puede ver en las colecciones de moda, como las de Christian Dior, que utilizan la técnica de mostrar, pero a la vez ocultar por el peligro que acecha el cuerpo femenino.
La doctora del Centro de Investigaciones en Arte y Patrimonio señala que “más allá del recurso de los paños mojados y el velo, la desnudez es aquello que queda una vez despojado el cuerpo del velo de la belleza, del velo de la materia puesta en forma”.
Un reflejo que escapa la materia
Si bien para los griegos existe lo bello, con el eidôlon se muestra que la belleza no se puede alcanzar. Es una idea platónica, ya que la imagen corporal no está en ningún lado. El fantasma de Helena muestra que ella nunca estuvo en Esparta y que, en realidad, fue capturada por París.
En este concepto se va desmaterializando la belleza. “Pasamos de la línea sólida de la belleza masculina, luego vienen las carnes, la blandura y el cuerpo desdibujado y luego la idea de una belleza no real, no material, de la tensión entre la materialidad y la imagen”, explica la investigadora del CONICET.
En el eidôlon se pierde la importancia de las medidas, de las proporciones, del cuerpo en concepto físico y pasa a ser una idea. El filósofo polaco, Wladyslaw Tatarkiewicz en su libro “Historia de seis ideas: Arte, belleza, forma, creatividad, mímesis, experiencia estética” sostiene que “los griegos utilizaron la belleza en el sentido más limitado, relegando la palabra a la simetría y la armonía a un segundo plano”.
La belleza no se puede alcanzar materialmente, siempre se va a escapar. Al fin y al cabo, lo bello pasa a ser una idea platónica que, si la ves es demasiado brillante, porque el mayor problema de la belleza es cómo representarla si en definitiva tenemos que creer que eso es la verdadera realidad o es un puente hacia aquella belleza inalcanzable.

Fuente: Clarín
El filósofo y escritor italiano Umberto Eco, en su libro “Historia de la belleza”, caracteriza a la belleza, como algo que “no corresponde a lo que se ve, tiene una existencia autónoma, distinta del soporte físico que accidentalmente la expresa”.
Apolo en el siglo XXI
Milena Gallipoli define al Canon y al Eidôlon como los conceptos más trabajados en el arte, inclusive en la actualidad. Principalmente, la idea de Canon influye en gran manera a esta disciplina y, si hablamos de estética o para la filosofía del arte, acá aparece el concepto de eidôlon.
Por otro lado, aunque no nos demos cuenta constantemente estamos rodeados de los modelos griegos sobre el Canon de belleza. Las redes sociales son grandes puentes de estos conceptos, más que nada para la figura masculina ya que el “estereotipo” de este sigue siendo el mismo. El ideal de la figura femenina está en constante transformación y cumple la premisa del sociólogo Armand Mattelart, en “La invención de la comunicación” (1991), de “huida hacia adelante”, cuando pensás que alcanzaste el ideal, se vuelve a cambiar.
Cuando uno va al gimnasio, se saca una foto y la sube a Instagram, aunque no esté pensando en que se quiere parecer a Apolo, está influido por patrones de belleza originados de la Antigua Grecia. “Un bagaje cultural y cultura visual que traza ciertas líneas de continuidad que afectan los estándares modernos de belleza”, sentencia Gallipoli.
La belleza es inalcanzable a tal punto que en ocasiones consideramos que somos capaces de “atraparla” o construir mecanismos y estrategias para alcanzarla. Pero, capturar algo que no es natural, provoca una pérdida del aura como desarrolla Walter Benjamín en “Mirada, “aura” y fotografía”.

Para Gallipolli, la verdadera belleza según los griegos “está en la moral que se relaciona con el alma”. Será tal vez que, ese estatuto más espiritual, es el que va a perdurar a lo largo del tiempo.
Un recorrido por los contenidos
Primero, les propongo refrescar lo visto en este artículo:
Luego, vamos a poner en práctica la capacidad de relacionar los conceptos con imágenes:
Por último, me gustaría saber tu opinión:
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