EL ARTE, ¿PUEDE TRANSFORMAR LA REALIDAD?
- Indira Luciana Oliva
- 26 nov 2024
- 6 Min. de lectura
Las intervenciones artísticas no solo embellecen los espacios en donde están, sino que también participan en la resignificación de las realidades individuales y colectivas de las personas que se encuentran en contextos de vulnerabilidad.

Cabello negro y rizado. Lleva una camiseta con franjas blancas y celestes, del lado del corazón un escudo. En el rostro hay felicidad. Mira aquello que tanto esfuerzo costó conseguir. Con las manos levanta la Copa del Mundo. Cuatro etapas de aquel capitán de Argentina 86, referente para muchos, se ven reflejadas en aquella pared. Entre Avenida Don Bosco y Camino de Cintura se encuentra “el mural del pueblo”, en homenaje a Diego Armando Maradona.
El arte en todas sus formas intenta llegar a las personas a partir de las emociones, sentimientos o recuerdos que puedan generarse cuando se ven, escuchan o sienten aquellas representaciones artísticas, como una película, una canción o un mural.

Mariano López es muralista y realizador del “mural del pueblo”, al respecto de sus obras comenta que él pinta no solo porque le gusta sino porque le hace bien. Y agrega: “Por ejemplo, a mí, ver una imagen del Diego en la pared me pone contento, me hace bien, son figuras que para mí están bien y capaz que hay personas que también les hace bien verlos”.
La licenciada en Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) Romina Rivero a partir de una investigación de campo, en barrios populares afirma que “las expresiones artísticas influyen de manera positiva en los jóvenes que participan de ellas”. “Ser productores de arte los posiciona en el lugar de productores culturales, a esos jóvenes que generalmente la sociedad o los medios los ven de una manera negativa”, agrega.
Por ejemplo, la creación de las intervenciones artísticas ya sea una canción, un poema, una coreografía, una foto o un cuadro les permite a las personas expresar no solo lo que sienten sino también representar sus realidades y culturas tanto de manera individual como de forma colectiva a través de la interacción con los demás. “El arte en sí creo que posiciona a las personas en otro lugar, en un lugar de creación, en un lugar en el que podés crear algo para mostrar al mundo”, asegura.
Desde estos espacios culturales relacionados con el arte, se busca promover esencialmente la confianza en sí mismos de quienes participan en las actividades. Ya que en ocasiones la mirada que se tiene sobre estos jóvenes de los barrios suele ser negativa y desvalorizante. Por lo tanto, la confianza cumple un rol importante en el desarrollo de las expresiones artísticas con el fin de desestigmatizar a los jóvenes.
“Estas actividades le da la posibilidad a ellos de mostrar su propio mundo, desde su propia visión saltando el estigma que la sociedad les pone todo el tiempo encima”, afirma la trabajadora social, en referencia a los talleres de fotografía y cine que se hicieron con los jóvenes de los barrios, y de los cuales formo parte activa.
“En el taller de fotografía una cosa, que a mí me llamó mucho la atención, es que ellos les prestan las cámaras para llevárselas a su casa toda la semana, eso los pone en un lugar de confianza – destaca Rivero- les dan un recurso que es valioso económicamente como una cámara para que se lleven a su casa y trabajen en la semana, con la certeza de que los pibes van a volver a la otra semana y de hecho es así, vuelven al espacio del taller”.
Según un informe realizado por la Universidad Nacional de La Plata, (UNLP), acerca del proyecto de extensión universitaria “Construyendo Lazos Sociales”, la educación no formal, en este caso el arte, puede transformar a los sujetos.

“El arte siempre nos lleva a poder pensar cómo hay una relación entre subjetividad y arte y como el arte te puede estabilizar. Por eso para mí la vulnerabilidad no es material es simbólica. Cuando hay una vulnerabilidad simbólica el arte es fundamental y en las escuelas, nosotros tratamos de hacer eso, de que haya algún anudamiento, algún lazo social a través del arte”, afirma Fernando Brid, licenciado en Psicología de la Universidad Kennedy Argentina.
Los espacios artísticos permiten reflexionar sobre la identidad propia y colectiva. Permiten la construcción y el fortalecimiento de los lazos sociales. El arte es revolucionario en su esencia de allí su capacidad transformadora permite comunicar, a través de sus distintos lenguajes, ideas, emociones, sentimientos para generar sentidos significativos en el presente y en el futuro de quienes transitan los espacios.

Como se destaca en el informe de la UNLP, que toma como referencia el proyecto de extensión universitaria “Construyendo Lazos Sociales”, a partir de talleres que se realizaron en diferentes contextos de vulnerabilidad. Las prácticas artísticas adquieren su valor a partir de la creación de un sentido de identidad en los sujetos que participan, en estas actividades. Las distintas propuestas que se presentan tienen la posibilidad de abordar diferentes problemáticas, donde se crean espacios de reflexión contantes.
Las intervenciones artísticas además de lograr transformar a los sujetos desde lo personal, cultural e identitario adquieren mayor relevancia a partir de la trascendencia que logre tener aquello que se genere en los diferentes espacios artísticos. “Lo importante es que eso que producen no quede en ese espacio porque si queda en ese espacio es un taller cualquiera. Lo fundamental es que eso no termine ahí, sino que salga al mundo después, al mundo de la cultura, al que quizás ellos no tienen acceso”, destaca Rivero.

En un informe realizado por la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), sobre un mapeo de actores claves (MAC), donde se registran los actores claves de cada comunidad y la participación que tienen dentro de ellas para la implementación del programa de intervención comunitaria en barrios vulnerables (PICBV).
La investigación realizada por la UNLaM establece que la construcción de saberes se da a partir de las redes de relación entre las personas y la implementación de dichos programas (PICBV). La participación de los actores claves permite a su vez la participación de todos los actores del territorio y poder poner en valor sus conocimientos y experiencias que muchas veces son desvalorizados por la sociedad.
Rivero agrega que la importancia está en que las personas puedan hacer propio esos espacios y esas expresiones artísticas como los murales para que no se conviertan en algo “externo” a la comunidad. Y resalta que además de que se construyan diferentes espacios donde los jóvenes puedan participar, tiene que ser a partir de una “construcción colectiva sino no tiene sentido”.

Tanto la participación como la creación artística aportan otro sentido en la realidad de cada persona y permite resignificarla por medio de hacer propios cada uno de los espacios por parte de toda la comunidad. “El arte tiene la posibilidad de captar las emociones y por lo tanto funciona como una herramienta en contextos de vulnerabilidad”, plantea Brid.
El arte del pueblo
El arte popular del y para el pueblo es aquel que pretende expresar o reelaborar significados y reafirmar una identidad sociocultural y colectiva a partir de la estética y las imágenes. El muralismo es uno de los ejemplos más claros de “arte popular”.

El muralismo tiene sus inicios en México a principios del siglo XX, luego de la revolución mexicana. La creación del centro artístico en ciudad de México por Gerardo Murillo Coronado, “Dr. Atl”, buscaban la creación de un arte nacional, que reafirmara los ideales sociales culturales e históricos creados a partir de la revolución. El muralismo logra traspasar las fronteras por “los tres grandes” David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco.

En Argentina esta forma de expresión artística se encuentra a lo largo y ancho del país en las diferentes representaciones de personalidades importantes para la cultura o aquellas representaciones que intentan reflejar un hecho social, político o cultural, y poder generar un impacto en la comunidad o en aquellas personas que lo miren.
“Le gusta pintar sobre cosas reales, buscar imágenes reales por ejemplo de Perón, del Diego, de las madres de plaza de mayo. Y que si lo ven puedan pensar algo, a pesar de lo que dicen los medios, que les entre alguna duda sobre eso que ven en el mural”, concluye el muralista Mariano López.
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