EL DERECHO AL ADIÓS
- Matias Villarino
- 25 nov 2024
- 5 Min. de lectura
El procedimiento eutanásico de Suiza que acabó con múltiples personas detenidas y que reavivó la discusión de cómo llevar a cabo el suicidio asistido en Europa. ¿Qué puede aprender Argentina?

Una mujer americana de 64 años se acuesta en un “sarcófago” en Suiza. En realidad, es una cápsula futurística azul, con curvas pronunciadas, dos amplias ventanas y un interior cómodo, amplio y acolchado que posee dos botones. Ella presiona uno de ellos. La cámara se llena con nitrógeno líquido. Produce la muerte en menos de 10 minutos. Horas más tarde, a pesar de que la eutanasia es legal en el país europeo, varias personas son detenidas por incitación y asistencia al suicidio.
La ministra del Interior suiza, Elisabeth Baume Schneider, aclaró que el dispositivo no cumple con "los requisitos en materia de seguridad de los productos" y que “no es compatible” con la ley de productos químicos de Suiza. “Es un ejemplo de por qué es importante crear un marco legislativo muy claro para evitar este tipo de prácticas”, aclara Darío Iván Radosta, doctor en Antropología Social de la UNSAM y especialista en Bioética de FLASCO.
El doctor Radosta opina que “Sarco” es una práctica “poco humana” y que “está pensado desde un punto práctico y mercantilista” lo cual es “característico de la cultura individualista y liberal” de estos países. “Si un proyecto así se presentase en la Argentina, hasta el más a favor de la eutanasia argumentaría que es demasiado”, afirma el académico.
Suiza vs Argentina
En Suiza está legalizado el “suicidio asistido”, lo cual se diferencia de la eutanasia ya que mientras que, en el primero, el paciente es quien se autoadministra el medicamento que otra persona le ha proporcionado para acabar con su vida, en el segundo, el medicamento es administrado por el personal sanitario del país.
En Suiza, durante 2011, la propuesta de prohibir el suicidio asistido fue rechazada por un 78,4% de votos en contra. En Argentina, lo más cercano a una ley de eutanasia es la llamada “ley de muerte digna”, sancionada en 2012, que permite a toda persona decidir no recibir un tratamiento determinado lo que puede acabar en su muerte, conocido por algunos profesionales como “eutanasia pasiva”.

Causas por las que se llevan a cabo procesos eutanásicos en Suiza
“La ley de muerte digna es importante, en especial para desjudicializar casos como, por ejemplo, el de Marcelo Diez”, argumenta el docente de la UNSAM. El caso de Marcelo Diez fue paradigmático. Este joven, debido a un choque automovilístico ocurrido en 1995, acabó en un estado vegetativo por más de 20 años. La familia de Diez solicitó la suspensión de las medidas de soporte vital en 2011, meses antes de que se sancionara la ley de muerte digna, lo que provocó que la solicitud pudiera ser judicializada y luego rechazada.
El antropólogo Radosta remarca las diferencias culturales entre los países en donde las prácticas eutanásicas existen y Argentina : Primero hay que destacar que la mayoría de estos países son “protestantes, osea, no católicos como en nuestro país”, luego remarca que, culturalmente, son muchos “más fríos e individualistas” y, por último, asegura que “al tener poblaciones más pequeñas, hay menos personas que educar sobre que es la eutanasia”.
Si no es allá entonces, ¿dónde?
Radosta destaca el caso de cómo tratan la eutanasia “en Países Bajos porque tienen sus leyes hace mucho tiempo y las han ido modificando” y profundiza al analizar las modificaciones que ocurrieron en el país europeo como, por ejemplo, para que se permitiera llevar a cabo la eutanasia. Se debía tener “una enfermedad que te fuera a matar en los siguientes dos años y medio” lo cual luego fue eliminado de la ley al ser actualizada.

Gráfico de las cantidad de personas que llevaron a cabo procesos eutanásicos el
año que se aprobó la ley vs en 2022
La legalización de la eutanasia en Países Bajos comenzó con el caso “Postma”, en 1973, cuando una médica le facilitó la muerte a su madre tras repetidas solicitudes explícitas. Si bien fue condenada, el tribunal estableció los criterios para que un médico no tuviera que mantener con vida a un paciente contra su voluntad.
Aun así, la eutanasia no se formalizó en el país europeo hasta que, después de que la aceptación de la población subiera del 50% en 1966 hasta el 90% en 1998. Recién en 2002, se llevó a cabo “the euthanasia act” con el fin de legalizar el procedimiento en el que un médico termina con la vida de un paciente cuando él mismo lo pide. Solo se acepta en los casos en los que exista un sufrimiento sin posibilidad de mejora.
En el libro “Journal of Bioethical Inquiry”, la profesora en Diseño de Salud Pública Judith Rietjens afirma que las condiciones sociales de Países Bajos que ayudaron a la legalización de la eutanasia fueron dos. Primero que el sistema de salud es totalmente público, lo que hace que todos tengan seguro médico. Además, la atención suele ser en los hogares de los pacientes por médicos de cabecera conocidos. En segundo lugar, remarca que es un país en donde nuevas ideas políticas son, generalmente, bien recibidas.

La Asociación Española de Abogados Cristianos participa en una concentración convocada en diciembre de 2020 ante el Congreso para rechazar a la ley de la eutanasia.
En 2005, se convirtió en el primer país en despenalizar la eutanasia para los bebés con pronóstico inútil y dolor intratable. Hoy, se autoriza en mayores de 12 y menores de 16 años, siempre y cuando los padres presten autorización en forma expresa. Ante esta problemática, el Dr Radosta afirma que “no ve un problema al respecto, solamente un caso que se deberá analizar, de forma individual, más detenidamente”.
“Ya en Argentina existen leyes alrededor del consentimiento del menor y si no lo legalizas para todos estas dejando una parte de la población sin los mismos derechos”, reflexiona y agrega que “si pones la edad arbitraria a los 18 años solo logras que existan chicos que esperan hasta llegar a esa edad para poder llevar a cabo la eutanasia”.
¿Por qué eutanasia?
Si bien se puede analizar en profundidad los avances tecnológicos que facilitan la eutanasia, la mercantilización de un negocio de “la muerte”, los movimientos políticos y los derechos humanos de otros países, existe una pregunta tan fundamental y básica que pareciera carecer de importancia, pero en realidad, esconde el punto más importante de la propuesta: ¿Por qué legalizar la eutanasia?

Radosta explica que, en muchos países, donde está legalizada desde hace tiempo, se puede ver que el hecho de tener acceso a la eutanasia “provoca que no se lleve a cabo”. Por eso, afirma que esta situación ocurre por varios factores. “Se te asigna un acompañamiento psicológico que te ayuda con los miedo o ansiedades sobre la muerte y luego, si aún quieres el procedimiento, tenes que volver a pedirlo”, subraya.
El especialista en Bioética destaca un “momento paradójico” que les ocurre a los pacientes ya que, una vez que tienen el cóctel eutanásico sobre la mesa “deciden no usarlo” pero también asegura que “la posibilidad de hacerlo les brinda autonomía”. Además, remarca que “si a una persona no le brindas este marco normativo, el individuo termina ejecutando su propia muerte de otra manera”.
Al terminar la entrevista el profesional se sincera y revela: “he visto, a lo largo de mi carrera, muchos casos en donde las personas solo quieren ser recordadas cuando están bien, contentas y tienen aún el cuerpo para disfrutar de sus familias y amigos” y agrega: “Creo que es un derecho, que le deseo a todas las personas, el poder ser recordado en tus propios términos”.
Comments