EL HOMBRE SUPERSÓNICO
- Luciano González Epalza
- 14 oct 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 19 nov 2023
Saltó a más de 39 mil metros de altura y logró ser el primero en romper la barrera del sonido.

No es un ave, no es un avión, mucho menos Superman, sino un austriaco que a los 43 años saltó “al vacío” desde los 39.068 metros y logró, en 2012, romper la barrera del sonido sin asistencia mecánica, alcanzando los 1.341 kilómetros por hora.
Felix Baumgartner es un militar, ex paracaidista, que dedicó su vida a batir récords de saltos en caída libre. A los 17 saltó de un avión por primera vez y desde allí comenzó su pasión por “saltar a lo desconocido” a tal punto de tatuarse “Born to Fly” (nacido para volar), pero su mayor hito sucedería 26 años después.

El austriaco estaba destinado a ser recordado por sus hitos, ya que nació el mismo año en el que el hombre pisó la luna. Por eso, saltar desde la estratosfera comprendería un hecho jamás pensado, supondría “un pequeño salto para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”.
El 14 de octubre de 2012, Félix subió en un globo aerostático de polietileno, que era 10 veces más fino que una bolsa de plástico, pero tan alto como la Estatua de la Libertad y el ascenso hacia la estratosfera duró dos horas y media hasta alcanzar los 39.068 metros de altitud. Esto equivale a “130 torres Eiffel” apiladas una arriba de la otra. Desde allí, su descenso hasta tocar tierra solo duraría 9 minutos, pero ¿Qué velocidad debería superar Baumgartner para romper la barrera del sonido?

El sonido viaja a 343 metros por segundos o 1.235 kilómetros por hora, lo cual equivale a “2,5 Bugattis Chiron Super Sport”, el auto más rápido del mundo, que alcanza una velocidad máxima de 490 km/h.
Félix, a los 45 segundos de lanzarse al vacío, imprimió una velocidad en caída libre de 373 metros por segundos, o sea 1.341 km/h, rompiendo así no solo la barrera del sonido, sino otros 2 récords mundiales más, “el vuelo más alto en globo aerostático” y la “caída libre de mayor altitud”, pero habría un cuarto récord que no quiso quebrar.
A los cuatro minutos y 19 segundos, decidió abrir el paracaídas y no superar el récord a la “caída libre prolongada de mayor duración”, ya que ese hito le correspondía a su mentor Joe Kittinger, antiguo piloto de aviones de combate y poseedor de ese récord mundial en 1960. Esto demuestra el lado más humano de alguien que no lo aparenta, ya que tirarse de esa altura no se le hubiera ocurrido ni al mismísimo Charly García.
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