¿EXISTE EL USO SALUDABLE DE LA TECNOLOGIA?
- Fiorella Parente
- 19 nov 2024
- 5 Min. de lectura
Los adolescentes enfrentan múltiples riesgos en relación con la tecnología. Esa frase la habrás escuchado más de una vez. Sin embargo, no creo que conozcas demasiado el concepto de “Bienestar Digital”.
― ¿Qué planes hiciste este fin de semana, Lo? Yo me la pase metida en la pileta, con mis primos. Me enseñaron a jugar al Marco Polo, cuando quieras puedo enseñarte.
Martina le dice a Lola. Son compañeras de banco y están en sexto grado. Esta mañana soleada, mientras comparten un recreo, mantienen esta charla.
― Qué bueno. A mí no me gusta mucho meterme a la pile, ni usar bikini. Mis papás no estuvieron mucho en casa este finde así que, estuve con Ana y Mia
Le contesta Lola.
― ¿Y ellas quiénes son? ¿Tus primas?
Ana y Mia son los nombres que se le otorgan a la Anorexia y a la Bulimia en la web. Estos sitios apoyan a los Trastornos de Alimentación (TCA) como un estilo de vida, un ideal al que aspirar y así rechazar los tratamientos médicos. Los usuarios se expresan, comparten opiniones y experiencias, así como información y hasta trucos para bajar de peso u ocultar la enfermedad en el círculo cercano.

Además, en estas páginas suelen festejar entre las participantes el pasar hambre. Cuanto mayor sea el tiempo sin ingerir alimento, más orgullosas se sentirán por el esfuerzo. Es frecuente encontrar frases tales como “pies juntos, muslos separados”, que siempre van acompañadas de imágenes de mujeres delgadas a las que se les marcan la clavícula, los huesos de las caderas y las costillas de manera exagerada.
“Creo que lo primero que me importa resaltar es que no se trata de prohibir la tecnología, sino de usarla de manera más consciente”, asegura Joia Núñez, especialista en Nutrición. Además, remarca que se debe utilizar con límites de tiempo. No ser rígidos, pero sí claros. Según la pediatra, si bien no hace falta que el uso de pantallas esté todo el tiempo controlado, ayudaría mucho tener momentos en familia donde se deje la tecnología de
lado, durante las comidas o antes de dormir.

La adolescencia es un período que viene acompañado de una serie de cambios físicos, emocionales y sociales que transforman a los jóvenes. En esta etapa, consolidan su autoestima y autonomía, aunque también aumentan los riesgos de sufrir alteraciones mentales, como trastornos alimenticios. A esta problemática, se suman los efectos negativos que puede tener un uso inadecuado de los dispositivos y las redes sociales.
Es importante reconocer tanto las ventajas como las desventajas de la tecnología para buscar el equilibrio y así poder maximizar sus beneficios. Las “contras” en un mundo cada vez más interconectado están al alcance de la mano: fake news y desinformación, dependencia, distracciones, aislamiento social, acoso, entre otros. No obstante, un uso eficaz podría acercarnos a la lista de “pros”: acceso a la información, interactividad, entretenimiento, aprendizaje, etc.
Puede que te estés preguntando, ¿Qué es el bienestar digital?
Este concepto hace referencia a aprender a tener una relación sana con la tecnología. “Para lograr esto, necesitamos que, desde distintos frentes, se promueva el cuidado, la educación digital y la conciencia de cómo usamos la tecnología. También es clave que existan herramientas que ayuden a proteger la privacidad y seguridad online”, afirma Nuñez.
En la actualidad, muchos dispositivos ofrecen funciones diseñadas para optimizar el uso de la tecnología y fomentar el bienestar digital. Por ejemplo, Android cuenta con una herramienta denominada “Bienestar digital y controles parentales”, que permite a los usuarios supervisar el tiempo de pantalla diario y conocer el porcentaje de uso de las aplicaciones más utilizadas.
Esta función incluye una opción llamada "Formas de desconectar", que ofrece tres alternativas: un panel de control para gestionar el tiempo en pantalla, un modo de descanso que evita la recepción de notificaciones, y un modo sin distracciones, que permite establecer días y horarios específicos para pausar las alertas de ciertas aplicaciones. Además, brinda la posibilidad de crear controles parentales para menores de edad, donde los padres añaden restricciones de contenido y establecen límites de tiempo en el uso de dispositivos.

Las herramientas digitales pueden jugar un papel positivo en la etapa adolescente, siempre que se utilicen con fines educativos o creativos. Existen aplicaciones que fomentan el aprendizaje de programación, la resolución de problemas y el desarrollo de habilidades artísticas, actividades que contribuyen a fortalecer la autoestima y el bienestar mental de los jóvenes.
Según un informe de la UNICEF de 2022, aproximadamente el 70% de los adolescentes en Argentina utiliza redes sociales. Instagram y TikTok son las plataformas más populares. Este uso intensivo de redes sociales no solo se refleja en la cantidad de usuarios, sino también en el tiempo que dedican a estas plataformas. En promedio, los adolescentes pasan cerca de 3 horas diarias en redes sociales, un tiempo que se ha incrementado en los últimos años debido a la pandemia y el aumento de la interacción digital.
Un estudio realizado por el Centro de Estudios en Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) reveló que el 45% de los adolescentes siente presión para estar siempre conectados, lo que causa una sensación de ansiedad. Esta presión por la constante disponibilidad en línea puede contribuir a problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión, evidenciando la necesidad de un uso más consciente de la tecnología.
Un informe de 2023 muestra que el 58% de los jóvenes de entre 12 y 17 años en América Latina considera que su tiempo de pantalla es excesivo, lo que lleva a muchos a buscar estrategias para reducirlo.
“En lugar de decirles que apaguen el teléfono o la computadora porque sí, es mejor motivarlos a usar la tecnología de forma más productiva”, afirma la médica. Además, destacó la importancia de que los padres también puedan dar el ejemplo a través de la desconexión para disfrutar de actividades offline en familia. A fin de cuentas, se trata de generar hábitos donde puedan estar tanto en la vida digital como fuera de ella, sin que una cosa anule a la otra.
La grieta entre prohibición y regulación
Según Joia Núñez, uno de los principales retos a los que estamos enfrentados actualmente es “casi ideológico”. “Nos asusta lo que no conocemos, y eso hace que por las dudas no nos metamos”, sentencia. En ese sentido, uno de los primeros pasos en el bienestar digital a nivel pediátrico es vencer las barreras filosóficas y hacerse cargo del salto cualitativo que implica.
En los últimos años, varias instituciones educativas en Argentina implementaron prohibiciones estrictas sobre el uso de dispositivos electrónicos en el aula, con el objetivo de reducir distracciones y fomentar la concentración. Estas medidas impiden el uso de teléfonos móviles y limitan del uso de tablets y laptops, especialmente durante las clases. Estas políticas generan un debate intenso sobre la efectividad y las implicancias para el aprendizaje de los estudiantes.
Las prohibiciones suelen basarse en la preocupación de que la tecnología esté perjudicando la capacidad de los adolescentes para concentrarse y participar activamente en clase. Para la investigadora , en lugar de ser vistas como “herramientas de distracción”, las tecnologías digitales pueden ser “aliadas” en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
El futuro del Bienestar Digital depende en gran medida de cómo se gestione la educación tecnológica de las próximas generaciones. Los adolescentes y los niños que crecerán inmersos en nuevas tecnologías, como la realidad aumentada o el metaverso, necesitarán un apoyo constante para equilibrar la vida digital con las actividades fuera de línea. “Las herramientas van a estar ahí, pero va a ser clave que las nuevas generaciones cuenten con una buena alfabetización digital”, concluye Nuñez.
Invitamos a los lectores a evaluar el uso diario de la tecnología: ¿Estamos utilizando las herramientas disponibles para nuestro crecimiento personal y bienestar, o nos dejamos llevar por la inercia del consumo digital?
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