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FEMICIDIOS Y MEDIOS: CUANDO LA COBERTURA VUELVE A MATAR

  • Foto del escritor: Josefina Fernández
    Josefina Fernández
  • 25 nov
  • 4 Min. de lectura

En Argentina, los medios siguen narrando los femicidios sin perspectiva de género, revictimizando a las víctimas y repitiendo patrones de violencia simbólica.


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Según el padrón del Observatorio Lucía Pérez, en octubre fueron asesinadas 18 mujeres, y en lo que va del 2025 se registraron 219 femicidios en el país, lo que equivale a una mujer asesinada cada 40 horas. Estos datos evidencian la persistencia de una problemática estructural que continúa cobrando vidas y dejando vacíos irreparables.


Especialistas advierten que, paralelamente a esta realidad, los medios de comunicación reproducen coberturas carentes de perspectiva de género. En muchos casos, priorizan aspectos sensacionalistas o irrelevantes, lo que contribuye a la revictimización de las mujeres y a la invisibilización de las causas profundas de la violencia machista. Esta falta de responsabilidad comunicacional demuestra la necesidad urgente de incorporar una mirada de género tanto en los medios como en el análisis social de los femicidios.



Video generado y publicado por las redes sociales de @amnistiaar, amnistía internacional Argentina.


El estudio de la iniciativa Spot light, un programa de las Naciones Unidas que en Argentina se enfoca en la erradicación de los femicidios, reveló que más de la mitad de las noticias sobre femicidios se tratan como casos aislados, sin contexto ni referencias a la desigualdad estructural que los origina. También afirmó que la mayoría de las coberturas aparecen en la sección de “Policiales”, junto a delitos comunes, cuando en realidad deberían abordarse como una problemática de género específica.


Además, las notas tienden al sensacionalismo, centrándose en los detalles morbosos del crimen y no en las causas sociales o institucionales que lo posibilitan. Para arribar a estos resultados, el equipo analizó una base a 1352 publicaciones difundidas entre mayo de 2020 y mayo de 2021 en medios nacionales y provinciales como Clarín, La Nación, Página/12, Infobae y otros medios. También realizó un sondeo de opinión con casi 600 personas para analizar cómo se narran los femicidios y cómo esas narraciones influyen en la percepción social de la violencia de género.


Entre los resultados arrojados, solo el 20% de las notas incluyó datos estadísticos y apenas el 11% mencionó servicios de ayuda o prevención como la Línea 144, lo que demuestra un interés por lo mediático más que por ofrecer herramientas para prevenir la violencia. También se observó una tendencia a culpabilizar a las víctimas o reducirlas a su rol familiar; los agresores son presentados como “parejas”, “maridos” o “exnovios”, lo que refuerza la idea de que la violencia pertenece al ámbito privado.


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Gráfico publicado por la iniciativa Spot Light.


Hacia un periodismo más inclusivo

La periodista, diplomada en género y docente de la Universidad Nacional de La Matanza, María Braga, reflexiona sobre la urgencia de incorporar la perspectiva de género en la cobertura periodística y sobre el rol que cumple el lenguaje en la construcción social de la violencia. Según explica en declaraciones a Elemental Ramón, el género atraviesa todos los discursos, pero en las carreras de comunicación este punto se tendría que abordar con mayor profundidad.


“En los últimos años, después del #NiUnaMenos, surgieron las editoras de género en los medios, pero lamentablemente esa figura desapareció con el tiempo”, sostiene Braga y revela que estas profesionales enfrentan grandes dificultades para modificar notas mal abordadas, ya que las redacciones muestran poca predisposición a realizar cambios.


Según la entrevistada, la historia del femicida muchas veces no recibe la misma relevancia que la de la víctima. “Es más fácil vender la figura del chacal o del enfermo, cuando en realidad son hijos sanos del patriarcado, vecinos, padres, varones que matan porque pueden, no porque están enfermos”, advierte la especialista en género para quien “vender a esos hombres como casos excepcionales y como loquitos sueltos, los desvincula de la responsabilidad de cuestionarse qué está pasando con la masculinidad”.


Braga propone incorporar capacitaciones continuas en los medios y en las universidades, junto con la figura permanente de editoras de género. Considera que esta formación debe ser crítica “sobre todo en el vivo, en el momento, porque ahí no hay posibilidad de revertir errores”.


Por último, recuerda la lentitud del cambio cultural pese a todos los años de lucha: “Todavía se habla de crimen pasional”. Para la docente de UNLaM, el verdadero progreso reside en la formación constante y en la participación reflexiva de los varones.

Finalmente, la periodista y docente especializada en género Cynthia Finvarb, editora de la sección Policiales del Diario UNO de la Universidad de La Matanza, aporta su mirada sobre el tema: “Hoy vivimos inmersos en discursos de odio, donde predomina la misoginia”. Finvarb considera que trabajar con perspectiva de género no debe ser una elección, sino una obligación profesional.


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El último caso de femicidio que obtuvo gran repercusión en los medios de comunicación

fue el triple femicidio en La Matanza. La periodista lo menciona como parte del debate y ejemplo de lo que no se debe hacer en una cobertura mediática. “No se revictimiza solo a la víctima, sino también a esa familia que tiene que escuchar una y otra vez como los cadáveres fueron desmembrados o lo que se hizo con ella”, advierte en tono crítico.


La editora del portal universitario menciona la necesidad de “tener unos lentes violetas” para poder analizar la perspectiva de género desde otro lugar porque en Argentina “ya hay más de 15 casos de femicidios en contexto de narcocriminalidad y, sin embargo, salió a la luz este triple femicidio, entonces no son casos aislados”, concluye la docente.

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