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PILOTEAR LA PRESIÓN DE LA ADOLESCENCIA CON ALCOHOL

  • Lautaro Raffo
  • 3 dic
  • 5 Min. de lectura

Cada vez se comienza a consumir bebidas alcohólicas a edades más tempranas. Un estudio revela que el 71% de los adolescentes bebió antes de los 15.


― ¿Piloteas el Eva para ayudar? 

Todos lo aprecian. Me cuidan gracias a eso.

― No tienes identidad más allá de ser piloto ¿verdad?

― Sí, el Eva 01 es parte de mi corazón.

― Pero si dependes de ella, el Eva dictará quién eres. Quien en realidad eres se desvanecerá.

― No hay problema. Nunca tuve nada para empezar. Tanta práctica de chelo nunca me sirvió para nada.

― Nunca hiciste nada por iniciativa propia.

― Pero ahora puedo pilotear al Eva.

― Pronto no podrás hacer nada sin él. ¿Por qué piloteas al Eva?

― Porque es todo lo que tengo.


Shinji Ikari se habla a sí mismo.


Este personaje es un chico de 14 años que debe pilotear un robot gigante llamado “Evangelion” para salvar el mundo en un contexto donde todas las personas de su alrededor lo presionan para que lo haga. Se trata de la serie homónima, que recorre los múltiples problemas que ocurren en la adolescencia desde una mirada única.


Trailer de la serie original del año 1995.

Este debate que presenta la serie podría ser el de cualquier adolescente, ya sea por la apariencia del cuerpo, la popularidad en redes, la prosperidad en lo académico o deportivo, o un tema que abarca a la gran mayoría, el consumo de sustancias.


El Eva del anime representa aquellas acciones destructivas (aunque también pueden no serlo) que las personas realizan durante su adolescencia mayormente influenciados por su entorno en el afán de ser aceptados. “Cuando la gente está en la adolescencia uno de los grupos más relevantes es el grupo de pares”, remarca Angelina Pilatti, psicóloga y especialista en consumo de sustancias en personas de esta edad.


Según un estudio de 2022 sobre la predisposición a consumir, alrededor del 70% de los adolescentes de entre 13 a 18 años bebió alguna vez alcohol, y el 55% aseguran haberlo hecho en el último mes. Incluso investigaciones más recientes, realizadas por la defensoría de la Provincia de Buenos Aires, indican que el inicio de consumo es cada vez a menor edad: el 71% comenzó antes de los 15, y el 12,4% antes de los 12.


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Cuando se excede cierta cantidad (56 gramos en mujeres y 70 gramos en varones) dentro de un lapso de 2 horas, se lo considera un consumo episódico excesivo de alcohol (conocido como CEEA), cada año más frecuente en adolescentes, entre los que se encuentran incluidos el 25% del total, quienes tomaron alcohol al menos una vez en el último mes.





“Todos estos fenómenos son probabilísticos. Que haya un factor como los que vamos a mencionar aumenta la probabilidad que alguien comience a consumir o incremente su consumo, pero no garantiza que lo hagan”, destaca la Dra. en Psicología sobre las causas de estos episodios.


La influencia de los grupos sociales

Según el psicoanalista Erik Erikson, el adolescente está más preocupado por lo que otros puedan pensar de sí mismo que sobre cómo realmente se siente. Busca la aprobación de sus pares y rechaza todo aquello distinto en cuanto a cultura, diferencia social, física o racial, por miedo al sentimiento de pérdida de identidad.


“La percepción de los adolescentes sobre el nivel de aprobación de sus padres influye sobre la cantidad y frecuencia consumida”, menciona la especialista.

Para Judith Butler, filósofa dedicada al estudio del campo feminista y queer, este deseo de reconocimiento es paradójico. El sujeto busca su reflexión en el Otro, es decir, niega la alteridad de ese Otro, entendiéndolo como distinto a lo que se considera “Yo”. Se trata de un sentimiento para evitar convertirse en ese Otro (los padres) a los que igualmente necesita.


Por eso, esta autora propone que el deseo de reconocimiento es en realidad un deseo de negar la diferencia de ese Otro, lo cual provoca una amenaza a la propia existencia individual. El proceso de reconocimiento da forma a la inteligibilidad de las personas, formando, deconstruyendo o destruyendo.


Ahora, en cuanto a nuestra sociedad, ¿qué instrumentos utilizan los adolescentes para obtener ese reconocimiento de los pares? La respuesta seguramente variará de acuerdo a quién se le pregunte. Los perfiles de cada uno pueden influir en las respuestas al entorno, a lo que los rodea. Para Butler, existe un proceso de normalización basado en comportamientos impulsivos y/o destructivos, cuyo reflejo puede ser el consumo de alcohol.


Si bien este proceso de diferenciación con el otro se da de manera continua, es importante señalar el rol de la familia. “Las niñas y niños actúan por modelado- señala la investigadora – por eso es importante mostrar que el consumo no forma parte de la vida diaria”.


La doctora dando una nota sobre el uso de sustancias.

El paradigma de las Redes

En nuestra sociedad tan conectada, las redes cumplen un rol fundamental en la cuestión. Este nuevo escenario, donde surgen figuras a las cuales muchos podrían seguir o idolatrar, puede construirse un medio para concientizar sobre el tema o seguir legitimándolo.


Para la académica, “hay influencers ubicados en un lugar de referente que impacta sobre lo que las personas hacen o dejan de hacer”, y agrega que “eso está bien y validado”. Sin embargo, en el caso del adolescente, que busca la identidad propia, se genera una idolatría o identificación respecto a ciertas personas y sus acciones en el contexto de las redes sociales.


Incluso, la experta advierte sobre los múltiples mensajes en diversos productos de entretenimiento que legitiman el uso de alcohol, ya sea para entretenerse o para encajar en el grupo, aunque se opone a la cultura de la prohibición y plantea “una cultura de la concientización”.


¿Cómo afrontar el tema?

Según Pilatti, los casos de consumo problemático pueden acarrear “consecuencias a corto y largo plazo” como “accidentes de tránsito y relaciones sexuales no planificadas o sin protección”, entre otras.


Los CEEA son un reflejo no solo del carácter del adolescente, sino también funciona como un regulador de emociones. La principal causa de consumo son los estados emocionales fuertes. “Es importante aprender estrategias saludables para lidiar con las emociones”, recomienda.


Una de las estrategias de intervención saludables es la disminución de las “previas”. Para la psicóloga, “la gente que consume alcohol en previas termina consumiendo más”, lo que va en contra del objetivo de seguridad que se le atribuye a estos rituales.


En el trabajo de campo en las instituciones educativas, se observa que existe un desfasaje entre “lo que ocurre y lo que se cree que ocurre". Allí, se realizó una encuesta para obtener datos sobre las visiones de los adolescentes en torno al consumo real de su círculo cercano, ya sea en el aula o en todo el colegio. Esto ayuda a que los casos de CEEA no aumenten, lo que se considera un “resultado positivo”, según la investigadora.


“Todos los trastornos, si bien tienen muchos desafíos, se pueden trabajar para cambiar la situación de la persona”, concluye tras afirmar que “siempre se pueden tratar” los casos de ansiedad y/o depresión, cuestión fundamental para mantener la salud mental.

Fuentes

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