FENÓMENO BARRIAL

En medio de un contexto de crecientes desafíos económicos, los clubes de barrio pelean cada día para mantenerse a flote. Lejos de ser solo espacios para el deporte, tienen un rol silencioso pero fundamental en la construcción de comunidades más fuertes e inclusivas.

Muchos conocieron ahí a sus primeros amigos o descubrieron su deporte favorito. Aprendieron a jugar, a ganar y a perder. Pero además, descubrieron lo que es el compromiso, la pertenencia y, sobre todo, la identidad. Por eso, "el club" es parte fundamental del barrio. Desde la pileta y la cancha de futbol hasta el buffet.

Quienes lo frecuentan lo sienten como propio. Es un segundo hogar y como todo hogar, tiene sus problemas. Tiene que pagar la luz, el agua y el gas. Tiene que administrar la plata que entra, de la mejor manera. Como la gran mayoría de los clubes de Argentina, los clubes están pasando por un momento complicado y necesitan ayuda. El problema es que el apoyo que brinda el Estado muchas veces no alcanza.

Al igual que la escuela y el hogar, los clubes deportivos son lugares fundamentales para la formación de la ciudadanía. El presidente de la Red Latinoamericana y Caribeña de Deporte Social para la Inclusión y docente e investigador de la Universidad Nacional de La Plata, Daniel Zambaglione, considera que “los clubes de barrio deberían considerarse igual de importante que las escuelas o las universidades”.

Daniel pasó toda su carrera cerca del deporte y como lo sintetiza en una frase de Pierre Bourdieu “el deporte y la sociedad son algo inseparable”. Su interés por el factor social lo llevó a realizar una investigación sobre los clubes de barrio junto a los docentes de metodología de la investigación de la Universidad de La Plata. Los resultados se obtuvieron mediante estudios de caso. A través de observaciones y entrevistas en clubes de barrio de La Plata el equipo pudo identificar series problemáticas presentes en dichas instituciones.

Zambalgione resume la naturaleza de los clubes sociales definiéndolos como “instituciones al servicio de la comunidad”

A lo largo del estudio, el especialista resalta su importancia de los clubes para la sociedad por fuera de lo deportivo, ya que en situaciones críticas se “resignifican constantemente”. Abren sus puertas ante bajas temperaturas, ayudan a los vecinos en situaciones de inundación o hasta funcionan como club del trueque. Zambalgione resume la naturaleza de los clubes sociales definiéndolos como “instituciones al servicio de la comunidad”.

Un aspecto a tener en cuenta es que la figura del club de barrio como tal es un fenómeno puramente argentino. “En países limítrofes, como es el caso de Chile, funcionan como instituciones privadas en las que se paga una matrícula como la de un gimnasio. No existe la lógica del club de barrio en el cual la cuota es casi simbólica y el que no la puede pagar entra igual”, valora Zambaglione.

Estas instituciones surgieron luego de las olas migratorias del siglo pasado y, como menciona el especialista, nacieron con la lógica de “unir a los paisanos que buscaban compartir y no perder su cultura al estar en un país ajeno”. Los primeros deportes amateur en llegar al país, como el rugby y el fútbol, eran practicados por los sectores más adinerados. Pero con el tiempo, llegaron a los trabajadores y obreros. “La escuela inglesa de los deportes se fue acriollando cuando ganó terreno en los hábitos de la cultura obrera argentina y, sobre los inicios del siglo XX, fue pasando de su condición de actividad exclusiva a practicarse la inmensa cantidad de potreros y clubes que comenzaban a florecer en todo el país”, describe Zambaglione en un artículo de la revista de ciencias de la salud y el deporte de la UNPAZ. En este contexto los clubes de barrio alcanzan su esplendor entre los años 1930 y 1960.

Estudio realizado por la UNLP.

La situación actual de los clubes

Los clubes están amparados bajo la ley 27.098, sancionada en enero de 2015 bajo el gobierno de Cristina Kirchner. La norma otorga un marco legal claro para las instituciones. Las define como “aquellas asociaciones de bien público constituidas legalmente como asociaciones civiles sin fines de lucro, que tengan por objeto el desarrollo de actividades deportivas no profesionales en todas sus modalidades”.

Dentro de esta ley también se reconoce el rol social y educativo de los clubes. Se valora que son asociaciones que “facilitan sus instituciones para la educación no formal, el fomento cultural de todos sus asociados y la comunidad a la que pertenecen y el respeto del ambiente, promoviendo los mecanismos de socialización que garanticen su cuidado y favorezcan su sustentabilidad”. A su vez, la ley crea el Registro Nacional de Clubes de Bario y de Pueblo (RNCBP). Con esto se buscó tener una base de datos actualizada para

establecer y coordinar políticas públicas eficientes.

¿QUÉ ES UNA ASOCIACIÓN CIVIL?

Según la página oficial de la IGJ “Es una persona jurídica sin fines de lucro, conformada por personas reunidas con un objeto social, el cual no debe ser contrario al interés general ni al bien común”.

Lo mas importante de la ley se encuentra en su artículo 16, el cual establece que “la entidad que se encuentre inscripta en el Registro Nacional de Clubes de Barrio y de Pueblo será beneficiaria de una tarifa social básica de servicios públicos”. Por lo cual, los clubes registrados obtienen beneficios en las tarifas de luz, gas y agua.

¿Pero esto es suficiente? Zambaglione, sostiene que el Estado Nacional “tiene que escindir o al menos reducir las cuotas de gas, luz y otros servicios para todos los clubes sociales”. Esto se debe a que para recibir la tarifa de servicios preferencial deben estar inscriptos en el RNCBP. La ley establece que para inscribirse deben “poseer personería jurídica vigente”, ahí están las complicaciones principales de los clubes.

En agosto de este año, Daniel Scioli, secretario de ambiente, turismo y deporte, anunció que Nación activó un programa llamado “Clubes en Obra”, con el objetivo de mejorar la infraestructura de las instituciones. El proyecto aplica para los clubes inscriptos en el RNCBP. “Una problemática que tienen los clubes de barrio es que como son laburantes los que están a cargo, la mayoría de clase media, clase media baja al momento de presentar la memoria del balance, que es una cuestión obligatoria para ser reconocidos como instituciones tienen muchos problemas”, visibiliza el especialista. Los clubes tienen que contratar contadores y abogados con costos muy elevados que muchas veces no llegan a cubrir.

"Los clubes se encuentran en una encrucijada en la que necesitan de la ayuda estatal, pero no pueden acceder a ella"

De todas maneras, el articulo 8 de la ley ya mencionada establece que la Secretaría de Deportes de la Nación debe organizar la asistencia a los clubes de barrio para facilitarles el cumplimiento de los requisitos necesarios para inscribirse al registro. Pero en la realidad esto no suele suceder. Zambaglione denuncia que actualmente el gobierno nacional esta “absolutamente retirado del deporte”. Entiende que el Estado debería dar apoyo legal y financiero a los clubes para regularizar sus situaciones contables para poder acceder a los beneficios. Los clubes se encuentran en una encrucijada en la que necesitan de la ayuda estatal, pero no pueden acceder a ella.

En la página web del gobierno nacional existe un apartado para la Unidad de Asistencia para clubes de barrio con dos apartados, asistencia económica y capacitaciones. En estas secciones se encuentran enlaces para un instructivo para acceder a la ayuda económica y un manual de capacitación, pero ambos fueron dados de baja. El email institucional indicado (unidadasistencia@turdep.gob.ar) no ofrece respuesta alguna, tampoco los correos de cada provincia disponibles en la sección de asistencia técnica para clubes.

Mensaje de alerta que figura al intentar ingresar al instructivo para acceder a la ayuda económica (https://www.argentina.gob.ar/asistencia-clubes).

Si el Estado nacional no facilita la ayuda legal, son los gobiernos locales los que tienen que salir a llenar este vacío. El pasado 24 de octubre, el Gobierno de la Ciudad publicó un comunicado para anunciar la puesta en marcha de un programa de asistencia legal para clubes de barrio que necesiten acceder los descuentos en servicio. Por su parte, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó un acto el 22 de octubre en el cual firmó un convenio con intendentes de La Plata, Ensenada, Berisso y Magdalena para agilizar los trámites de clubes de barrio, asociaciones civiles y ONG. (aún no hay información sobre posibles acuerdos con el resto de la provincia).

Como otras posibles líneas de acción, Zambaglione propone una partida presupuestaria que apunte a los clubes más necesitados y sugiere que las universidades nacionales se articulen con los clubes para que los alumnos de los últimos años de educación física realicen sus prácticas en estas instituciones, “tal como lo hacen en las escuelas”. Esto ocurrió en algunas localidades de Entre Ríos, en convenio con la Universidad Autónoma de Entre Ríos. Es una política que ayuda mucho a los clubes y a la vez beneficia a los estudiantes que necesitan realizar prácticas profesionales para recibirse.

La cuestión social requiere políticas sociales, pero la realidad de los clubes de barrio es difícil cuando la lógica del éxito y la ganancia económica es la que rige. Hay que medir los resultados. Lo que genera ingresos sirve, el resto no. Con cuotas de servicios muy elevadas los socios abandonan las actividades y los ingresos no alcanzan para cubrir los gastos.

Los clubes de barrio son fundamentales para el desarrollo social, para la “reconstrucción y mantenimiento del tejido social”. En situaciones de prosperidad, concluye Zambaglione, son lugares de “alegría y encuentro”; en contextos de complicación económica funcionan como lugares de “resistencia y colaboración”. En el club se aprende sobre valores como la solidaridad y el compañerismo, pero, sobre todo, a entender que nadie se salva solo.