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LA IA ES EL NUEVO CONSULTORIO

  • Foto del escritor: Candela Ludmila Thais Damiano
    Candela Ludmila Thais Damiano
  • 25 nov
  • 4 Min. de lectura

En un país donde casi todos los adolescentes tienen celular e interactúan con la Inteligencia Artificial desde los nueve años, los chatbots se vuelven un polémico espacio de contención.


En la cultura contemporánea, la relación entre humanos y tecnología deja de percibirse como una especulación futurista. Incluso películas como Terminator anticipan el debate sobre los límites de esa relación. Hoy, sin robots autónomos ni escenarios de ciencia ficción, la Inteligencia Artificial (IA) se integra de forma cotidiana mediante aplicaciones y asistentes virtuales. Entre ellas, los chatbots empiezan a ocupar un lugar en las relaciones interpersonales.


Gif creado con IA


En un artículo académico, se advierte que toda tecnología genera nuevas medidas que reconfiguran la manera de comunicarse y relacionarse. En este marco, los chatbots no solo cumplen la función de herramienta digital, también introducen nuevas maneras de interacción. Hablar con una aplicación que simula escuchar puede sentirse como estar con un especialista.


La licenciada en Psicología, especializada en el área clínica de adolescentes, Rosalía Pereyra explica que muchos jóvenes eligen hablar con la IA porque la tecnología ofrece respuestas inmediatas. “Es más simple y rápido preguntarle a un chatbot que buscar un turno y sentarse con un terapeuta”, explica y resalta que “la solución no va por ahí”, ya que la IA no “brinda herramientas reales ni contención emocional”. 


Los chatbots pueden ser útiles para detectar síntomas leves, siempre que estén supervisados por profesionales. El problema aparece cuando los jóvenes los utilizan sin control y sin la contención de un terapeuta. “Las herramientas funcionan como un complemento a la labor terapéutica, reforzando la asistencia psicológica sin reemplazar la figura del profesional”, sostienen Daniel de la Fuente Tambo y Manuel Armayones Ruiz en un trabajo académico


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Imagen creada con IA 


Las consecuencias de este reemplazo son ambiguas. Por un lado, facilita el acceso que cualquier joven con celular puede tener a un espacio para hablar de sus problemas y reducir el estigma, ya que es más sencillo “confesarse” con un bot que con un adulto. Por otro, entre las negativas se encuentran los riesgos de diagnósticos erróneos y, sobre todo, la postergación del tratamiento profesional en casos donde la intervención temprana es crucial.


Según un estudio sobre las IA, cada avance tecnológico transforma también las formas de interacción social. En este sentido, estas tecnologías modifican los vínculos y las maneras de relacionarse, lo que permite que una aplicación simule una sesión terapéutica sin la intervención de un humano. 


Los jóvenes ante la terapia digital

La irrupción de la IA está transformando la manera en que los jóvenes buscan apoyo emocional. Frente a la dificultad de acceder a psicólogos por costos, tiempos de espera o estigma, muchos adolescentes recurren a chatbots que prometen escucha y orientación inmediata.


Entonces, surge una pregunta clave: ¿puede una máquina reemplazar al vínculo humano en la terapia?

En relación con esta problemática, la especialista afirma que “el vínculo sigue siendo insustituible porque la máquina puede tener mucha información, pero le falta la empatía, lo que podríamos llamar la parte emocional, lo cual es inherente al ser humano”. 


Asimismo, Pereyra advierte que, en un primer momento, el paciente puede sentirse comprendido por un chatbot, ya que “el algoritmo de la IA replica solo palabras, pero no puede replicar la interacción”. Sin embargo, asegura que “va a llegar un momento donde va a faltar ese algo que es la contención y sensibilidad que transmite solo otro ser humano”.


Un relevamiento de UNICEF determina que una gran parte de adolescentes, de entre 15 y 17 años, está expuesta en Internet a contenidos dañinos. Entre ellos, dietas extremas, violencia, discriminación, daño físico y suicidio, así como mensajes o imágenes sexuales. El informe detalla que estos riesgos aumentan con la edad y en entornos donde la supervisión digital es limitada. 


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Gráfico creado con Flourish


La psicóloga expresa que la relación de las personas con la salud mental cambia mucho en la era digital. Algo positivo de la actualidad es que se habla de algunos temas que antes no se “ponían en el tapete” como los trastornos de ansiedad. Sin embargo, la profesional alerta: “El peligro de eso es que no toda la información es real y verdadera. Cualquiera se atreve a hablar de salud mental porque hay mucha gente que no es profesional y también habla”. 


Los profesionales tienen un manejo particular no solo de la información, sino también del trato con el paciente, “todo lo que tiene que ver con lo humano es algo que la inteligencia artificial nunca va a poder ocupar”.  Por eso, la terapeuta explica que “realmente no se imagina un futuro donde la inteligencia artificial sea parte estable de la terapia psicológica” y no cree que “pueda ser parte de una sesión de terapia”. 


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Imagen creada con IA


La especialista advierte que el riesgo no ocurre solamente en lo que la IA puede hacer, sino en lo que muchos jóvenes creen que hace. La inmediatez de las respuestas puede dar la sensación de acompañamiento, pero no reemplaza el trabajo clínico ni el vínculo terapéutico. Por lo tanto, este problema puede llevar a que los adolescentes posterguen la búsqueda de ayuda real y continúen solos  con un malestar que necesita intervención profesional. 


“Si tienen un problema, recurren a ayuda profesional, porque la IA no les va a dar soluciones y lo que termina pasando es que uno se enrosca más y la pelota se hace cada vez más grande y eso es peligroso”, recomienda la experta. 



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Fuentes:

Universidad Nacional de La Plata. (2024). La inteligencia artificial y su impacto en las mediaciones culturales. SEDICI.


García, F., & Ramos, C. (2023). Inteligencia artificial y psicoterapia: ¿final del vínculo terapéutico?  Revista Soberanía Sanitaria, 5(2), 45–58.




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