LOS SENTIDOS DEL VESTIR

Bien es sabido que el pueblo argentino es pasional y que utiliza esa pasión como motor de socialización. Futbol, autos, ¡hasta colectivos! crean grupos de pertenencia a su alrededor. Pues ahora la ropa también.

Al igual que lo hacen los dueños de autos clásicos, cientos, incluso miles de jóvenes se convocan en diferentes shoppings y hacen las “juntadas pilcheras” para mostrar sus vestimentas más preciadas. Pero, ¿Por qué la ropa (o “pilcha”) es un objeto tan preciado para los jóvenes? Teresita Isla, socióloga de la Universidad de La Plata, profundiza sobre el tema en “Los sentidos del Vestir”.

La socióloga centra su investigación en un grupo de jóvenes del Barrio Los Hornos, en La Plata. “Los jóvenes conjugan una construcción simbólica de múltiples aristas, -explica el estudio- mucho más amplia que lo que los márgenes de la necesidad les imponen, con una moralidad que valora la autenticidad y la fidelidad a su habitus por sobre todo lo demás.”

La Salada, ahora La Dulce y un sinfín de ferias intentan saciar la interminable demanda de “replicas” de ropa deportiva de primera línea. Matías Dewey, argentino, sociólogo y doctor en Ciencia Plítica por la Universidad de Rostock, Alemania, en su investigación titulada “La demanda de productos ilegales” afirma que, “a pesar de ser definidas como “ilegales” por el Estado, las mercancías tienen su propia vida social”.

Isla determina en su estudio que los jóvenes se basan en la “moralidad juvenil”, un sistema de valores y clasificaciones que expresan a través del estilo. En este sistema moral, “[La] autenticidad aparece como un valor de las personas y no una propiedad de los objetos”.

“Las/os jóvenes entrevistadas/os en el transcurso de esta tesis proponen una composición de estilos que no se encuentran unívocamente vinculados con la necesidad económica”, observa el estudio y lo explica señalando que esa etapa de la vida está marcada por la construcción de la identidad propia, la búsqueda de diferenciarse.

En síntesis, se puede afirmar que la búsqueda de identidad de los jóvenes los lleva a formar grupos de pertenencia en los que se comparten mucho más que, (valga la redundancia) pertenencias, sino valores expresivos y modos de ver el mundo que logran, en palabras de Isla, “transformar la necesidad en virtud”.