MODA CIRCULAR: EL ESTILO DE CAMBIAR AL MUNDO
- Equipo elemental

- 14 ago 2024
- 4 Min. de lectura
El diseño sustentable reformula las formas de producción y reproducción de vestimentas. Refleja la ideología del siglo XXI, atenta al cuidado del medioambiente con propuestas sostenibles.

El desierto de Atacama en Chile se convirtió en un vertedero de basura, donde la mayoría de ropa esta sin uso.
El “Fast Fashion” se centra en la producción de prendas al por mayor, y lo más rápidamente posible, en respuesta a las tendencias del momento, según la Dra. Preeti Arya, profesora de desarrollo y marketing textil en el Fashion Institute of Technology de Nueva York.
La “Moda Rápida” surge de un artículo de The New York Times en 1989 para describir la primera apertura de la tienda minorista Zara en Estados Unidos. Según el Times, el objetivo de la marca era que en 15 días un diseño pudiera estar disponible para el consumidor.
Los diseños de moda rápida son imitaciones muy populares en las redes sociales para referirse a las prendas inspiradas en lujosos looks de famosos, o mostradas en pasarelas de diseñadores. El objetivo es poner estos diseños en manos de los consumidores mientras las prendas están todavía en la cima de su popularidad, y a precios muy asequibles.
“Más del 8% de las emisiones globales totales de gases de efecto invernadero son producidas por la industria de la indumentaria y el calzado”, afirma Brenda Chávez, periodista e investigadora especializada en consumo y sostenibilidad.
Además, la especialista en consumo agregó que el negocio mundial de la moda produce 150.000 millones de prendas cada año, muy por encima de las necesidades de una población mundial de 7.900 millones.
Por un lado, el sector de la moda impacta gravemente en el recurso hídrico. Por ejemplo, confeccionar unos jeans requiere unos 7.500 litros de agua, el equivalente a la cantidad que bebe una persona promedio en siete años.
El PNUMA señala que la moda es la segunda industria más demandante de agua y genera alrededor del 20% de las aguas residuales del mundo, liberando anualmente medio millón de microfibras al océano.
Reducí – Reutilizá – Reciclá
Ante este horizonte, la socióloga especializada en moda, Susana Saulquin define al diseño sustentable como aquellas prácticas orientadas a proyectar bienes desde una perspectiva de cuidado del entorno, así como de los recursos materiales y humanos necesarios para crearlos.
También pone atención en la dimensión ética sobre los modos de producción al visibilizar las condiciones en las cuales los productos son fabricados.
“El desarrollo sostenible representa un crecimiento capaz de satisfacer las necesidades presentes sin comprometer las propias necesidades de las futuras generaciones”, advierte la Comisión Mundial sobre el Medioambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas.
El objetivo de la práctica del diseño sustentable es concebir productos que mejoren la calidad de vida de las personas, atender la necesidad de cuidar los recursos requeridos para su producción, y busca generar desarrollos productivos y utilitarios con un menor nivel de nocividad y contaminación.
“A medida que avanza el siglo actual, se afianza cada vez más entre los creadores independientes la importancia del diseño sustentable, con producciones basadas en la ética y en la responsabilidad social”, reflexiona Susana Saulquin.
En Argentina, algunos diseñadores intervienen en el packaging y las etiquetas: es el caso de Onda Orgánica, donde “el envase de cartón y compostable, además las etiquetas están hechas en papel reciclado por pacientes del Hospital Borda y con tintas ecológicas, que no dañan el medio ambiente”, explica su fundador, Nicolás Cludius.
Por otro lado, el emprendimiento Modesta recicla bolsas de plástico para confeccionar distintos tipos de accesorios: carteras (se utilizan entre 50 y 100 bolsas de plástico), sobres, portanotebooks, gorros, etc.
Otra alternativa para no desechar ropa vieja o que no usamos es ir a locales que revenden prendas de marcas importantes a un menor precio, como Urban Luxury o Galpón de ropa, donde prima el lema de “Vestite Circular”, es decir, que el ciclo de vida de cada prenda empiece, termine y vuelva a empezar.
El hilo invisible
Otra cuestión que emerge es recuperar a través del diseño sustentable la historia no visible que prima detrás de la producción, atravesadas por saberes, habilidades y tradiciones propias del contexto en que tienen lugar.
Se busca respetar la cadena completa de valor y como contrapartida un modelo innovador que reivindique el cuidado de los recursos, los materiales no contaminantes y el tiempo de trabajo. “La calidad por sobre la cantidad”, plantea Alejandra, diseñadora de Cúbreme.
En este sentido, se desarrolla un modelo productivo basado en el trabajo compartido con diferentes actores sociales, como cooperativas u ONGs, en las cuales los diseñadores intervienen en la dinámica social, a partir de un trabajo colaborativo orientado al desarrollo comunitario en cuidado del entorno social y ambiental.
Tal es el caso de la cooperativa de reciclado del programa “Morón recicla” y el de la Municipalidad de Moreno, que cuentan con sus propios talleres de fabricación de productos.
Se instala un nuevo horizonte para el mercado mismo, al promover instancias de comercio digno, justo, de cuidado y respeto.

Fábrica textil en Dhaka, Bangladés, donde la explotación infantil esta presente.
Fuentes:





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