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NO TE REGISTRO

  • Erzo Laila
  • 18 nov
  • 4 Min. de lectura

Un estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica (UCA), en colaboración con el Instituto Abierto para el Desarrollo y el Estudio de políticas Públicas, revela que al menos 81.000 niños y adolescentes de entre 0 y 17 años carecen de documento nacional de identidad (DNI). ¿Qué hacemos con eso?


foto: Sebastián Cortés
foto: Sebastián Cortés

Los indocumentados padecen una de las formas más duras de exclusión, porque para la sociedad simplemente no existen. Aunque nacieron en el país, nunca fueron inscriptos al nacer y, por eso, no tienen documentación. Esta falta de reconocimiento legal los deja fuera del sistema y les impide acceder a sus derechos básicos. Día a día enfrentan obstáculos que los condenan a una vida marcada por la pobreza, la desprotección y el olvido, en un entorno donde su presencia pasa desapercibida.

"Yo quiero terminar el estudio, es lo que más quiero... y recibirme de farmacéutica, pero me anoté al colegio y me dijeron que no. Llevé el de mi mamá y me dijeron que no, que soy grande y tengo que llevar mi DNI. Todos te dan vuelta la cara...”, cuenta Juliana, quien aún no puede realizar el trámite de identidad.

Cuando se habla sobre población indocumentada, habitualmente asociamos la temática a la migración internacional informal y la condición de los inmigrantes que se encuentran viviendo en Argentina sin una identidad certificada. Sin embargo, las cifras de este informe reflejan una realidad distinta: hay argentinos que nacieron en territorio argentino y carecen de todo tipo de identidad legal. ¡Y son muchos!


María Sol González, autora del informe Los indocumentados en Argentina: la cara invisible de la pobreza, explica que las causas de esta problemática son: primero, la situación de pobreza, seguida de dificultades administrativas, imposibilidad económica de afrontar el costo del trámite y, por último, distancia geográfica de las ciudades que cuentan con registro civil.


"Te da vergüenza que te pidan el documento y no tenerlo, tener que dar el de tu papá... te da vergüenza y no los podés mirar a la cara...", cuenta Manuel, otro joven afectado.

Según datos del Registro Nacional de las Personas (ReNaPer), más de 56 mil chicos menores de 17 años están indocumentados. Ese número representa un 0,6 % del total de los menores de esa edad, pero si tomamos a los menores de un año, la cifra sube al 3,8 %. Se estima que hay un niño indocumentado por cada 21 niños nacidos.



Las consecuencias: ser invisibles


El derecho a la identidad está estrechamente relacionado con el acceso a los derechos básicos de los niños, niñas y adolescentes. Según el artículo publicado por el observatorio de la UCA, las principales consecuencias de la indocumentación se ven en el área de la educación, salud, seguridad social, derechos civiles y la libre circulación de los individuos.

Fuente: EDSA- Bicentenario (2010-2016). Observatorio de la deuda Argentina, UCA año 2011
Fuente: EDSA- Bicentenario (2010-2016). Observatorio de la deuda Argentina, UCA año 2011


En el caso de los niños y niñas más pequeños, el grupo que despierta mayor preocupación por su alta vulnerabilidad, la falta de documentación los deja fuera de derechos básicos. Sin un DNI no pueden ser admitidos formalmente en hospitales públicos y privados, acceder al calendario de vacunación realizarse estudios médicos, aunque en algunos casos el personal de salud opta por atenderlos igual.


En el ámbito educativo, los niños pueden ingresar al jardín o a la escuela primaria, pero las barreras se multiplican con el paso de los años: sin documento, no pueden recibir certificados oficiales, rendir exámenes finales o inscribirse en la universidad. Además, el DNI protege a las infancias de trabajo infantil, reclutamiento militar, matrimonio adolescente y tráfico o trata de personas.

“Yo quiero que tenga el documento para que en el futuro pueda moverse, trabajar y ser independiente, que aspire a más y tenga otras oportunidades”, remarca Mabel, madre de un niño indocumentado.
Mabel y su hijo, Nahuel, ambos indocumentados
Mabel y su hijo, Nahuel, ambos indocumentados

Con el tiempo, las consecuencias de la falta de identidad legal se extienden a todos los planos de la vida adulta. Una persona indocumentada no puede votar a sus representantes, casarse civilmente, acceder a un empleo formal y gozar plenamente de los derechos laborales, tampoco puede abrir una cuenta bancaria, solicitar un crédito ni viajar al exterior.


El informe advierte que la mayoría de los programas de asistencia social exigen contar con el acta de nacimiento y el DNI, un requisito que deja a muchas personas fuera del sistema. Esta situación se refleja en casos concretos, como el de la Asignación Universal por Hijo (AUH), a la que no pueden acceder quienes no tienen la documentación correspondiente.


Las investigadoras también señalan que la saturación de los tribunales y la falta de recursos en el ámbito judicial dificultan que las personas reciban el acompañamiento necesario para completar los trámites y obtener su documentación.


¿Políticas estatales?


En los últimos años, el Estado argentino puso en marcha una serie de medidas destinadas a facilitar la obtención del DNI, especialmente para los sectores más vulnerables. Entre los principales incentivos se destacan la gratuidad del primer ejemplar y la eximición del pago de tasas para quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad social.


A través del Programa "Identificar", se ofrece acompañamiento a las personas que necesitan gestionar su acta de nacimiento y el propio DNI, una etapa clave para el ejercicio de derechos básicos. Además, se han sumado herramientas logísticas como las unidades móviles, que permitieron llevar los equipos de registro a zonas rurales, veraniegas o de difícil acceso.


El proceso también se ha modernizado con la digitalización de los trámites y la implementación del DNI electrónico, lo que agiliza la gestión y amplía la cobertura en todo el país. Con estas políticas, el Estado busca reducir las brechas de documentación y garantizar el derecho a la identidad para toda la población.


Sin embargo, a pesar de los avances logrados, aún queda mucho por hacer. La sostenibilidad de estas políticas en el tiempo es una preocupación constante, ya que en ocasiones los programas de regularización pierden impulso o no reciben la continuidad necesaria para garantizar su efectividad y miles de argentinos siguen viviendo en la incertidumbre legal y social.


Fuentes: "Los indocumentados en Argentina. La cara invisible de la pobreza" de Tuñón, Ianina Fourcade, Helga González, María Sol Reggini, Natalia

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