top of page

¿POR QUÉ NOS ATRAE EL MIEDO?

  • Juliana Silva
  • 25 nov
  • 4 Min. de lectura

El terror evoluciona, cambia de forma y de idioma, pero siempre vuelve al mismo lugar: nuestros miedos más profundos. Lo buscamos porque nos permite enfrentar, desde la ficción, aquello que en la vida real preferimos evitar.


El miedo es una de las emociones más antiguas y poderosas de la humanidad, y el miedo más antiguo y poderoso es el temor a lo desconocido” – H. P. Lovecraft 1927

¿Quién no tuvo miedo de que Freddy Kruger lo persiga en sus pesadillas? ¿O quién no miró con desconfianza una alcantarilla después de conocer a Pennywise en It? El terror nos persigue más allá de la pantalla y deja imágenes que se graban en la memoria colectiva. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿por qué nos atrae tanto este tipo de entretenimiento? Quizás, la respuesta esté en lo que el terror esconde: un espejo oscuro de nuestras propias obsesiones, ansiedades y deseos.



La historia humana está atravesada por lo terrorífico desde tiempos inmemoriales. Podemos pensar en las leyendas que venían de tradiciones celtas y germánicas, mezcladas con creencias rituales antiguos que sentaron las bases de muchos elementos del terror que aún conocemos, como por ejemplo, la de los hombres lobos o duendes malvados que roban niños. Estas historias se volvían terribles advertencias que enseñaban normas sociales y temores colectivos. 


No es casualidad que, durante la Edad Media, la arquitectura y la cultura acompañaran estos relatos. Durante el auge del gótico, las gárgolas no solo cumplían una función decorativa, sino que también servían para ahuyentar a los malos espíritus. Al mismo tiempo, circulaban libros prohibidos: textos de literatura, religión y ocultismo que prometían conocimientos secretos o poderes sobrenaturales, y que la Iglesia consideraba malditos.


Estas historias clásicas se transforman en la literatura de terror moderna, por medio de estos elementos clásicos que resurgen en contextos contemporáneos. “El género de terror se va reinventando en los diferentes medios, y hay evidentemente películas, novelas o autores más elaborados que otros, pero aun así encontramos símbolos recurrentes: brujas, mujeres malvadas, hombres lobo o figuras que representan lo desconocido”, describe Tania Molina, especialista en Literatura, Lingüística y Semiótica. 


De este modo, hubo una transformación desde el origen del terror como género hasta la actualidad.  Plataformas como YouTube y TikTok crearon comunidades enteras dedicadas a estas temáticas, donde los usuarios consumen historias de miedo, creepypastas o reacciones a películas, lo que contribuye al atractivo de experimentar el miedo, aunque sea demasiado explícito. 


El terror habla distintos idiomas

Cada región tiene un imaginario propio vinculado con las condiciones culturales establecidas en cada zona. “Lo que produce miedo en Oriente quizás no lo haga en Occidente”, plantea Molina. No es casualidad que en Norteamérica predomine la figura del asesino psicótico que persigue y mata a un grupo de personas, o que en gran parte de Asia sobresalga el arquetipo de la mujer vengativa o embrujada.


ree

Las imágenes religiosas también comunican esta diferencia. Cada cultura imagina lo divino de manera distinta y demuestran que hasta incluso en terreno de lo sagrado cada sociedad proyecta sus propios temores y maneras de comprender lo mágico.


En varias regiones de África y Oceanía, por ejemplo, persisten relatos vinculados a espíritus protectores o castigadores que regulan la vida comunitaria. En Europa del Este proliferan historias sobre rituales y maleficios que hablan del peso de la tradición; mientras que, en Medio Oriente, muchas narrativas se estructuran alrededor de entidades que ponen a prueba la fe o la moral.


Hay ciertos subgéneros de terror que predominan en cada continente. “En el cine estadounidense hay más asesinos seriales; en el europeo, quizás más terror psicológico; mientras que en Asia se habla de leyendas urbanas o mitológicas”, sostiene la investigadora. Estas variaciones muestran que el terror se adapta a los valores, las creencias y las angustias particulares de cada sociedad.


Al argentino también lo mueve el terror  


En 2022, el terror se consagró dentro del top 3 de géneros audiovisuales más vistos entre los adolescentes argentinos.   

ree

Acaso ¿necesitamos un estímulo fuerte? ¿Encontramos en el terror el refugio para nuestras inseguridades? ¿O simplemente seguimos las tendencias hollywoodenses?  Molina coincide en que en Argentina el género se consume a gran escala, aunque opina: “Nuestro país se ha convertido en una colonia cultural de Estados Unidos, y terminamos consumiendo el contenido más mainstream de Norteamérica”. 


Asimismo, existen producciones de baja calidad en el cine mainstream. “Se quieren crear y adornar monstruos para dar miedo, pero se olvidan de que el guion y otros elementos que acompañan al relato son los que generan agobio a la sociedad”, considera la semióloga. 

De todas maneras, existen voces y propuestas locales que enriquecen al panorama. Mariana Enríquez renovó el género en la literatura con su escritura en la que  fusiona lo argentino, lo político y lo fantástico para alcanzar un impacto global. 


Otro referente, pero en el cine, es Demián Rugna, con películas como Aterrados y Cuando acecha la maldad, donde consolidó un estilo propio que mezcla lo sobrenatural con miedos nacionales y una identidad distinta al modelo hollywoodense. 


Paradójicamente, eso es justamente lo que atrae al público: ver los temores representados provoca una sensación de comprensión y control. El miedo, cuando es ficticio, se vuelve una experiencia placentera porque nos enfrenta a lo que más nos asusta desde un lugar seguro, es decir, permite liberar tensiones y encontrar sentido en un mundo cada vez más caótico. 


Son muchas las personas interesadas en la temática, desde historiadores hasta profesionales de la salud. ¿Qué ve un psicólogo detrás de esta fascinación? La mirada de Álvaro Trujillo, psicologo y youtuber, esclarece esta duda y transforma conocimientos complejos en simples e interesantes.



Así, el terror no solo entretiene, sino que acompaña y traduce, a través de imágenes y emociones, las inquietudes de cada época. Entonces, la próxima vez que una película de terror despierte tu curiosidad, preguntate: ¿a qué miedo interno te estás enfrentando?



1 comentario


Matteo Manoni
Matteo Manoni
25 nov

Interesantísima nota!

Me gusta
bottom of page