SUSTOS QUE DAN GUSTO Y OTROS QUE NO TANTO
- Milagros M. Leal
- 28 nov 2023
- 2 Min. de lectura
Existen varios tipos, algunos afectan a la salud mientras que otros queman calorías

-“¡Me vas a matar del susto!”...
-“¡Ay! ¡Casi me da un infarto!”...
-“Me muero del miedo”...
Al menos una vez a lo largo de nuestras vidas, todos hemos mencionado alguna de estas frases que unen al temor con la muerte. Pero ¿Se podría decir que el susto en cualquiera de sus facetas afecta directamente a la salud?. Como todo en esta vida, existen pros y contras.
El miedo que se activa al recibir un susto tiene respuestas biológicas y psicológicas en el ser humano, debido a que la evolución lo predispuso para luchar o huir. Cuando la persona detecta el peligro, las pupilas se dilatan para observar mejor su entorno, se ensanchan los bronquios para absorber más oxígeno y se desvía la sangre, junto con la glucosa dirigida a los órganos vitales y músculos del esqueleto. Para algunas personas, el miedo resulta estimulante y hasta satisfactorio a nivel psicológico.
Por este motivo, la sensación de peligro puede resultar adictiva por la segregación de adrenalina que nuestro instinto de supervivencia dispara, la que puede hacernos sentir enérgicos por el aumento del ritmo cardíaco, la presión arterial y la frecuencia respiratoria. A su vez, tanto el cortisol como la dopamina también pueden liberarse, en primera instancia, frente al esfuerzo por superar una situación y, luego, por el placer ante la superación de la misma.
Sin embargo, la compañía española del Sector Sanitario (SERAMED) diferencia al miedo controlado del miedo exagerado sin dejar de resaltar que ambos tienen consecuencias para la salud. En el primero, la adrenalina elimina calorías automáticamente, mientras se incrementan los glóbulos blancos que fortalecen el sistema inmunológico, por ejemplo, cuando vemos una película de terror en la que somos conscientes de nuestro control ante un miedo que no es real. En el segundo, el miedo exagerado produce un exceso de adrenalina mayor, que puede afectar a órganos vitales.
Tal es así que, aunque es poco frecuente, un susto podría ocasionar la muerte tras un fallo cardíaco en el que la segregación excesiva de adrenalina provoca una contracción muscular cardíaca continuada por la liberación de sustancias de estrés a la sangre. Podría denominarse como “miocardiopatía de estrés”, “síndrome de tako-tsubo”, o comúnmente “síndrome del corazón roto”, provocados incluso en el contexto de mundiales futbolísticos, según la Fundación Española del Corazón (FED).

Salutaprop, junto con el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, advierten que aquellos pacientes que sufran de síncopes frecuentes, arritmias y taquicardias, o padezcan enfermedades del corazón, no deben estar expuestos a sustos o situaciones altas de estrés que aumentan bruscamente su frecuencia cardiaca ya que puede ocasionarles accidentes cardiovasculares, como infartos o angina de pecho.





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