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UNA CUESTIÓN DE GÉNERO

  • Foto del escritor: Eugenia Gimenez
    Eugenia Gimenez
  • 29 nov 2023
  • 6 Min. de lectura

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¿Y ahora quién cuida a los que cuidan?


Julieta tenía 8 años cuando nació su segundo hermano, su mamá en ese entonces había decidido, luego de una juventud con muchas dificultades, estudiar derecho. Con dos niños chiquitos a cuesta y una adolescente rebelde, tuvo que dejar a los 3 hijos con la abuela para cumplir su sueño de joven: recibirse de abogada, más allá del dinero.


No fue fácil, tener el trabajo más demandado y estudiar una carrera que necesita muchas horas de estudio, un desafío que hasta hoy requiere de mucho sacrificio. Por suerte, la mamá de Julieta tenía a su esposo y a su madre (la abuela) para poder cooperar con las tareas domésticas y de cuidado. Sin embargo , en muchas ocasiones, la niña no podía salir a jugar con sus amigos del barrio. Tenía que quedarse en casa y cuidar a sus hermanitos.


Las necesidades de cuidado están presentes y lo estuvieron en todas las sociedades, en todos los tiempos, porque constituyen una dimensión central del bienestar y, por ende, del desarrollo.

Las diversas sociedades tuvieron personas a quien cuidar y personas que han brindado cuidados. Y, si bien han existido diferentes maneras de organizar la provisión social de cuidado, aún hoy parte significativa de estas tareas sigue concentrada en la esfera de la familia. En la mayoría de los casos, fue y continúa siendo una responsabilidad básicamente femenina.



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¿Cómo son las políticas de cuidado en Argentina?


El primero de marzo de 2022 se firmó el proyecto de Ley "Cuidar en Igualdad", una iniciativa que busca redistribuir las tareas de cuidado de forma equitativa para mejorar la vida de las personas que cuidan, que son cuidadas o que quieren cuidar. Esta ley apunta a ampliar las licencias por maternidad, paternidad, adopción y establecer un sistema integral de cuidados para evitar que las tareas recaigan siempre sobre las mujeres. Pero, al día de hoy, sigue sin tratarse.


Según un informe que el Ministerio de las Mujeres de la Nación realizó con UNICEF, la OIT y la ONU, las mujeres argentinas dedican en promedio 6 horas y 31 minutos al trabajo no remunerado, mientras que los varones solo 3 horas y 40 minutos. Esa diferencia profundiza el empobrecimiento de las mujeres y diversidades porque limita su desarrollo personal, profesional y laboral, o sus posibilidades de participar en ámbitos políticos y sindicales, lo que aumenta las brechas salariales, laborales y de participación


La periodista feminista, comunicadora egresada de la UBA y co-directora de la revista Feminacida, Solana Camaño, asegurá que “en los sectores de privilegios económicos la mujer delega esta labor en trabajadoras de sectores populares, es decir, mujeres que contratan mujeres para realizar las tareas de cuidado”. Y agrega: "Por lo tanto, no varía el rol de esta como cuidadora de hogar en los sectores bajos en comparación con las de clase media/alta, porque siempre recae en mujeres.”


Julieta a los 11 años ya sabía cambiar pañales, calentar la comida a sus hermanos en ausencia de su madre. Básicamente, sabía cuidar.


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Esto que leíste, ¿Te parece familiar?


La profesora y licenciada en Historia de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), María Belén Portaro, publicó un artículo que aborda la problemática de los trabajos de cuidados y el género. “El trabajo de cuidado en términos históricos ha sido invisibilizado, por lo tanto, no fue reconocido como trabajo sino como obligación, vocación, don natural femenino”, señala.


La especialista destaca en su artículo que “las mujeres de los sectores populares realizan su trabajo en claras condiciones de desventaja económica y social, sin el reconocimiento adecuado, con una baja remuneración económica, sin derechos laborales que las protejan, sin tener acceso al estudio y perfeccionamiento”.


También, estos cuidados son relegados a familiares cercanos al entorno, como los abuelos, tíos o hermanos mayores, como el caso de la mamá de Julieta.


“Pienso que hay un cansancio cada vez más generalizado, y la crisis afecta directamente a las mujeres, porque la pobreza está feminizada y como consecuencia afecta a su salud mental, por eso me parece que siguen siendo las organizaciones sociales con gran protagonismo de las mujeres, las que le hacen frente a las crisis y apuestan a los colectivos de los barrios populares, por que siguen siendo la red de contención más importante en dichos lugares” expresa Camaño.



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¿Y los padres dónde están?


Para muchas mujeres, la maternidad está asociada a la renuncia, al esfuerzo, al altruismo y, en el balance de sus prioridades, no están dispuestas a resignar su estilo de vida en pos de traer un hijo al mundo.


En relación al mundo laboral, la maternidad no colabora con la promoción de las mujeres, dado que las empresas e instituciones suponen que los puestos de responsabilidad van a estar mejor cubiertos por varones que, aunque tengan hijos, no asumen socialmente la “doble carga” que supone para las mujeres la maternidad.



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Según el INDEC, en 2020, en las edades centrales (30-64 años) 8 de cada 10 varones participa en el mercado laboral, pero solo 5 de cada 10 mujeres. En cambio, 5 de cada 10 varones realizan tareas del hogar, mientras 8 de cada 10 mujeres se encargan de esos asuntos. “Mi vida cambió totalmente después de tener a mi hija, mi novio en ese entonces tuvo que salir a trabajar y yo quedarme en casa al cuidado de mi recién nacida, teniendo que dejar de trabajar y estudiar”, comenta en una encuesta de instagram, Camila Bayon, mujer de 28 años que abandonó los estudios para dedicarse a los cuidados del hogar.


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Paremos la pelota y hablemos de natalidad


En Argentina nacen cada vez menos bebés. Desde hace casi una década los nacimientos vienen en picada. Hoy son un 30% menos que en 2014 y continuaron bajando desde 2016. Ese año hubo 777.017 partos contra 529.794 en 2021. En la Ciudad de Buenos Aires, los nacimientos tuvieron también una fuerte baja en los últimos cinco años, ya que pasaron de 75.577 en 2016 a 44.431 en 2022, lo que representa una baja del 41,25% en ese periodo.


En tanto, la tasa de natalidad también viene en descenso desde 2015 con varios años acumulados de caída, que se refleja en los registros de las instituciones de salud públicas y privadas. En 2021, se redujo a 11,6 cada 100 mil habitantes, según el Ministerio de Salud de la Nación.


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¿Por qué las mujeres deciden no tener hijos?


“Las mujeres tienen hijos a edades cada vez más tardías ya que sus motivaciones para postergar la maternidad en ocasiones casi al límite de su edad reproductiva, no distan demasiado de las de quienes finalmente optaron por no tener hijos, sino que se trata de la existencia de otros proyectos vitales, nuevas posibilidades para las mujeres, en los cuales tanto el disfrute y el ocio, como el desempeño profesional, son fuentes de satisfacciones tanto a nivel material como simbólico”, asegura Analía Perez, abogada feminista especializada en familia del Frente de Mujeres de Morón.



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Argentina para el mundo


Según el artículo “El cuidado como objeto de políticas sociales”, publicado por la investigadora del CONICET y coordinadora de la Maestría en Ciencias Sociales de la UNLaM, Claudia Sandra Krmpotic, el cuidado se ha transformado en motivo central o asunto que se repite en una nueva generación. “Este leitmotiv se propone superar una mirada que en el contexto latinoamericano, estuvo restringida a la noción de reproducción social y a las estrategias familiares de vida, y por lo general enfocada hacia los hogares pobres”, describe.


Este artículo explica políticas públicas de un sistema mixto de cuidados en diferentes de países:


  • Programa de Cuidado para la Infancia Chile Crece Contigo (Chile).

  • La Red Nacional de Cuidado y Desarrollo Infantil en el marco de la Política de Igualdad y Equidad de Género en Costa Rica, Ecuador.

  • El Plan Nacional del Buen Vivir y el Sistema Nacional de Cuidados en Uruguay.


Para la investigadora, los estudios de género ganaron terreno y reconocimiento en las estructuras y políticas de estado en América Latina, lo que dio lugar a un recurso interesante para la población femenina, respecto al acceso de las mujeres al mercado laboral y a una política pública destinada a aquellas amas de casa que están recluidos en el ámbito doméstico como amas de casa.



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Del dicho al hecho hay un largo trecho


Según la BBC del Mundo, en Chile, la licencia paternal es de cinco días y solo el 20% de los trabajadores hace uso del derecho. Y apenas el 0,2% de las mujeres que son madres usan el beneficio de ceder parte de su licencia al hombre.


Además, Finlandia tiene una ley innovadora que iguala el permiso parental para madres y padres. En tanto, Suecia es el país que tiene la licencia laboral más generosa de Europa: 16 meses para cada familia, de los cuales tres están asignados obligatoriamente a cada progenitor.

Estados Unidos es el único país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que no tiene licencia paternal o maternal a nivel nacional. Mientras que en América Latina, solo 16 países tienen licencia paternal, por ejemplo, Paraguay está en el primer puesto con 14 días, a diferencia de Argentina que se encuentra en el puesto 14 con tan solo dos días.


Historias como las de Julieta hay muchas. A pesar de transitar el siglo XXI con la conciencia feminista sobre las tareas de cuidado, la responsabilidad sigue estando del lado de las mujeres.

Julieta entendió que muchas veces necesitamos la ayuda de un Otro para poder estudiar, trabajar y alcanzar sueños. Aprendió la gran enseñanza que le dejó su madre: cuidar para que luego otros cuiden de nosotros, y cuidar nuestros derechos.











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