LA VINCHUCA: ALGO MAS QUE SOLO UN INSECTO
- Soraya Encina
- 12 nov 2024
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 26 nov 2024
El Chagas es una enfermedad que afecta la salud de alrededor de 1.6 millones de personas en la Argentina y se ha generado alrededor de ella un estigma sobre quienes la padecen.
Desde que tenemos memoria sabemos que la fiebre es un indicador de que algo no está bien a nivel salud, pero ¿en qué momento de la historia empezó a cobrar relevancia la fiebre como indicador de un malestar en los individuos?
Los sumerios, un pueblo que habitó la Mesopotamia asiática entre los años 4000 a.C. hasta el 2700 a.C., tenían un concepto mágico (demoníaco) acerca del origen de la fiebre; fueron los primeros en registrarla en reportes médicos a través de pictogramas. En ellos el dibujo de pequeñas hogueras representaba las zonas corporales afiebradas.
Por su parte, los griegos, pese a conocer ya que el aumento del calor corporal era un signo de enfermedad, carecían de una forma objetiva de detectar este fenómeno. Para Hipócrates (c. 450- c. 370 a.C.), la enfermedad constituía un signo externo de un proceso interior.
La fiebre, siempre enciende la alerta de que es necesario visitar a un médico, claramente puede deberse a diferentes razones y, por eso, los especialistas toman total relevancia en este sentido para poder indicarnos qué es lo que nos adolece.


El Chagas es una de las enfermedades que tiene como principal alerta la fiebre, en conjunto con fatiga, dolor de cabeza y de cuerpo. En casos más avanzados se producen afecciones cardíacas, según el Programa Nacional de Chagas.
El protozoo Trypanosoma cruzi , como agente causal de la enfermedad de Chagas, se transmite principalmente por insectos vectores llamados triatominos (Hemiptera: Reduviidae: Triatominae); aunque también puede transmitirse de madre a hijo, por transfusiones de sangre, trasplantes de órganos infectados y por transmisión oral.
Romper con los discursos hegemónicos, una tarea clave
Ahora bien, muchas veces cuando tenemos que imaginar cual es el foco infeccioso de dicho parásito, creemos que se origina en los barrios más carenciados y humildes. Esto provoca que los sectores más vulnerables sufran una gran estigmatización debido a la desinformación que hay al respecto -incluso en campañas de salud pública, lo que se replica en el ideario social presente-.
Es por este motivo que, diferentes profesionales del campo de las ciencias naturales, en colaboración con comunicadores, investigadores, profesionales de la educación y la salud, han creado un grupo llamado: “¿De qué hablamos cuando hablamos del Chagas?” que plantean una mirada integral y multidimensional sobre la temática, abarcando las dimensiones biomédicas, epidemiológica, sociocultural y político-económica de la problemática.
Así, las especialistas como Soledad Ceccarelli y Mariana Sanmartino, ambas licenciadas en Ciencias biológicas han creado diferentes materiales audiovisuales con los que buscan concienciar y construir junto a los sectores afectados un nuevo discurso sobre esta problemática, para superar la barrera producida por un discurso hegemónico que desinforma y genera aislamiento y temor a quienes padecen Chagas.
“El hecho de que seamos un equipo de biólogas, pero con diferentes abordajes de investigación da como resultado el abordaje caleidoscópico del Chagas, nos permite abordarlo desde diferentes miradas”, remarca la bióloga y doctora en educación, Mariana Sanmartino.
"El uso del término ‘mal de Chagas’, que muchas veces es utilizado por los mismos médicos, es también una forma de estigmatización”, sostiene Mariana Sanmartino, y agrega que “hay que romper con estas formas discursivas, porque la palabra mal se relaciona a lo nefasto, contribuye a la estigmatización”. El abordaje integral que realizan los profesionales en el área se plantea a partir de una dimensión biomédica, epidemiológica, sociocultural y política al mismo tiempo. En relación con el abordaje biomédico, el foco está puesto en el parásito que ocasiona la enfermedad. El Chagas es una enfermedad parasitaria crónica causada por el Trypanosoma cruzi.
Mientras que en la dimensión epidemiológica incluye elementos que permiten caracterizar la situación de la problemática del Chagas a nivel poblacional, a través de parámetros como prevalencia, incidencia, distribución de la enfermedad y del vector, índices entomológicos, entre otros. También, contempla las nuevas configuraciones geográficas de la problemática debidas, principalmente, a los crecientes movimientos migratorios.
La licenciada en biología e investigadora del CONICET, Soledad Ceccarelli, ha hecho diferentes investigaciones en relación con el mal de Chagas, dentro de las cuales se encuentra: “Una red neuronal convolucional para reconocer vectores de la enfermedad de Chagas mediante imágenes de teléfonos móviles”, el cual fue publicado en mayo del 2022.
“El objetivo principal es generar recursos didácticos y pedagógicos para poder bajar la información de una forma más sencilla para la población en general, es por eso por lo que desarrollamos diferentes estrategias para hacer llegar la información del ámbito académico y científico a todos los sectores”, sostiene la bióloga Soledad Ceccarelli.

Geovin datos geográficos recopilados a través de la App
El estudio estuvo enfocado en la creación de una red neural convolucional para identificar insectos vectores del mal de Chagas y se logró una tasa de identificación correcta del 94,3%. La cualidad de esta red es que es liviana y se puede utilizar en aplicaciones móviles.
Los pasos futuros incluyen la CNN en el marco del proyecto científico GeoVin, que también permitirá entrenar aún más a la red utilizando las fotos enviadas por los científicos ciudadanos. Esto permitiría la participación de la comunidad en la identificación y el seguimiento de los insectos vectores, especialmente en regiones donde los programas de seguimiento dirigidos por el gobierno no son frecuentes debido a su baja accesibilidad y altos costo.
Todos tenemos un celular, todos tenemos acceso al mapeo
El objetivo principal del equipo de trabajo perteneciente al proyecto GeoVin es el de una ciencia abierta y participativa/ciudadana y es por eso por lo que la iniciativa busca generar un ida y vuelta entre miembros de la comunidad científica y ciudadanos en general. Es por tal motivo, que todo aquel que tenga un celular y pueda descargar la aplicación va a poder contribuir en cuatro pasos: primero tomándole una foto al insecto; segundo determinando el hábitat; tercero indicando la ubicación y cuarto enviando el reporte.
En este sentido, el uso de la tecnología, tan cuestionado muchas veces, tiene un aspecto fundamental en la labor científica, generando un espacio en el que la comunidad en su conjunto sea parte de forma activa en un proceso de aprendizaje, investigación, desmitificación y de instrucción.
La ciencia para todos, de todos y hecha por todos.
El recorrido histórico del Chagas
La enfermedad de Chagas recién fue descubierta en 1909, por el Dr. Carlos Ribeiro Justiniano das Chagas (1879-1934) en Brasil. Este médico brasileño, con sus observaciones y experimentaciones de campo, identificó al parásito que provoca la enfermedad, describió a los insectos que lo transmiten y detalló una serie de síntomas que causa en los seres humanos, incluyendo alteraciones cardíacas y del sistema nervioso.
Sin embargo, también asoció a dicha infección algunos síntomas que eran producto de otras enfermedades presentes en la zona; estos errores sirvieron de excusa, en algunos ámbitos científicos, para poner en duda el valor de los hallazgos de Chagas.
En Argentina, la enfermedad de Chagas fue estudiada principalmente por el Dr. Salvador Mazza (1886-1946) a partir de 1926. Este médico argentino tomó el tema como su principal línea de investigación y se dedicó a indagar acerca de distintos aspectos de la problemática, retomando las investigaciones en el punto en que las había dejado Carlos Chagas.
Mazza consiguió mostrar la gran importancia sanitaria de esta endemia, describió las formas clínicas y difundió sus hallazgos a través de los trabajos desarrollados junto a su equipo de colaboradores/as en la Misión de Estudios de Patología Regional Argentina (MEPRA).
Hasta hace algún tiempo, el Chagas era considerado un problema de salud estrictamente latinoamericano, ya que se vinculaba su presencia directamente con la distribución y densidad de varias especies de vinchucas en las llamadas zonas endémicas.
Sin embargo, actualmente se encuentran millones de casos de Chagas en todo el mundo, en parte debido a las migraciones humanas hacia regiones en las cuales, por ser no endémicas, no se realizaban controles para detectar el T. cruzi ni en los bancos de sangre, ni durante el embarazo (o donde incluso hoy en día no se realizan).
El nuevo perfil de distribución de la problemática pone de manifiesto la necesidad urgente de un abordaje verdaderamente integral e inclusivo para hacerle frente, en un proceso de continua adaptación a las dinámicas poblacionales y los contextos locales, regionales y mundiales que configuran continuamente nuevos desafíos.






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