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DEL ESCENARIO A LA SALA DE URGENCIAS: LA OTRA CARA DE LA DANZA

  • Malena Jimenez
  • 19 nov 2024
  • 5 Min. de lectura

Entre los profesionales del ballet y la danza contemporánea, la prevalencia de lesiones oscila entre el 60 y el 69%. Estos porcentajes son muy altos e incluso pueden duplicar los de deportes como la gimnasia y el patín artístico.

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Para hacer una “rodada”, uno de los pasos más comunes de la danza contemporánea, el bailarín comienza tumbado en el piso y balancea las rodillas a un lado. La fuerza al caer impulsa la pierna externa hacia afuera del cuerpo y recorre el suelo como un péndulo. Luego, el brazo externo viaja por arriba de la cabeza hasta ubicarse frente a esta. Posiciona la muñeca y el codo en un ángulo de 90°. A continuación, utiliza los empeines para proceder con la suspensión y usa la fuerza abdominal para elevar la cadera y quedar perpendicularmente alineado. Después, debe introducir la cabeza entre los hombros y asumir el peso de todo el torso mientras se apoya en la cervical. Por último, desplaza las piernas de forma circular por detrás de la cabeza y rota la cadera para reincorporarse a la posición inicial.



La danza, a diferencia de lo que muchas veces se piensa, no es una actividad fácil y requiere de un gran dominio técnico. En cada paso, intervienen diferentes músculos y articulaciones que están expuestos a múltiples lesiones.


 Los bailarines combinan el arte y las habilidades atléticas de alto rendimiento. Además, dedican al entrenamiento un estimado de 6 horas al día, 6 días a la semana.


El kinesiólogo Federico López Trotta define una lesión como cualquier dolor o molestia musculoesquelética que “aleja a los bailarines de los ensayos o funciones" al menos por un día. Además, asegura que las lesiones en la danza son "muy prevalentes" y sostiene que, en un año, sólo en una compañía, "casi la mitad de sus integrantes se pueden ver afectados".



La prevalencia de lesiones en bailarines de danza contemporánea y ballet es alta e incluso pueden duplicar las lesiones reportadas en actividades de alto rendimiento. Además, la mayoría no suspende las actividades a pesar de presentar dolor o una lesión, aun cuando corren riesgo de sufrir un daño que les impida bailar por meses.


Según el especialista, las lesiones más comunes en la danza son las que ocurren en "los miembros inferiores", que son los que se ven más expuestos. Aunque las lesiones van a variar según los diferentes estilos, "el esguince de tobillo es el diagnóstico que más prevalece".


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Por su parte, el especialista en medicina del deporte Marcelo Ghioldi asegura que el 50% de las lesiones no traumáticas se producen durante los primeros 15 minutos del entrenamiento físico por “falta de un correcto calentamiento”. Además, la "falta de descanso" y la "mala alimentación" son otros factores que pueden contribuir a la “producción de males”. 


 Asimismo, Ghioldi afirma que el 30% de las lesiones suelen producirse en la parte final del ensayo como consecuencia de la "fatiga" o la “deficiente” nutrición y preparación física.


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De igual forma, Trotta revela que, entre los factores que vuelven a los bailarines más propensos a sufrir una lesión, “el principal es la repetición" debido a que los profesionales de la danza están acostumbrados a repetir una y otra vez una serie coreográfica, y esto hace que algunos tejidos "sufran una sobrecarga". A su vez, las largas horas de ensayo y el aumento de la carga, previo a un espectáculo, son otras variables que generan que esta actividad tenga una "alta tasa de lesiones".


"También se debe tener en cuenta que los movimientos en la danza se suelen dar en rangos extremos, con una flexibilidad muy alta y, además, se trabaja muy poco la fuerza", añade el médico.


Las carreras de los bailarines profesionales suelen ser cortas debido a que, con el paso de los años, los dolores se vuelven más frecuentes y esto hace que, en muchos casos, elijan no detener sus actividades luego de sufrir una lesión. Sin embargo, el especialista considera que demorar la consulta médica puede “complicar la situación” y, por eso, recomienda acudir a una consulta “cuanto antes”.



En busca de soluciones

La relación entre lesión y exposición a la danza es de 4,4 lesiones por cada 1000 horas de exposición. Aunque no parezca un número demasiado alto, el panorama cambia cuando lo comparamos con otros deportes con exigencias físicas altas, como la gimnasia artística cuya incidencia es de 1,8 por cada 1000 horas de exposición o el patín artístico, donde es de 1,4.


 Ante la epidemia de lesiones en la danza, los especialistas centran la investigación en los entrenamientos que puedan reducir el riesgo de padecerlas. Trotta hace hincapié en que todo abordaje preventivo "nunca es del todo efectivo". No obstante, recomienda un entrenamiento neuromuscular que "puede reducir el riesgo de lesiones".


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Los entrenamientos neuromusculares centran el trabajo en la coordinación de la musculatura y las articulaciones. Por eso, pueden ayudar a evitar lesiones y dolores innecesarios.


Por su parte, el especialista en Medicina del Deporte Dr. Juan Bosco Calvo considera "indispensable" un "buen calentamiento y estiramiento", después de las clases para prevenir lesiones y admite que también es necesario “darse pequeños descansos” e intentar reducir las “sobrecargas de tiempo”.


 A su vez, el Dr. recomienda consultar con un especialista en "medicina del deporte" debido a la "similitud" entre los trabajos que se realizan en la danza y los de otros deportes.


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¿Qué hacer ante una lesión?

Trotta recomienda hacer un control inmediatamente después de sufrir una lesión. Sin embargo, el médico resalta la importancia de consultar con un profesional que evalúe el protocolo a seguir para la recuperación.


 En primer lugar, si tomamos como ejemplo un esguince de tobillo, debemos comprobar si podemos caminar. En el caso de no conseguir hacerlo, lo mejor es frenar la actividad enseguida. En segundo lugar, se debe colocar hielo en la zona afectada para reducir el dolor. Asimismo, el frío ayuda a disminuir la inflamación y los calambres musculares. En tercer lugar, se debe elevar el miembro afectado para evitar que la inflamación avance. La elevación también ayuda a reducir la hinchazón y el dolor, ya que disminuye la cantidad de líquido en los tejidos.


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Problemas en la investigación

En comparación con la mayoría de las actividades deportivas, la investigación sobre la incidencia de lesiones y factores de riesgo en la danza es limitada. A pesar de esto, se le debería prestar una atención especial debido a la edad con la que comienzan la actividad, que podría producir un gran impacto en su salud futura.


La principal razón de escasez en la investigación es que la danza no suele ser considerada un deporte. Sin embargo, los bailarines son atletas que, como cualquier otro, requieren capacidades físicas sofisticadas para desempeñarse a un alto nivel.


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Por lo tanto, es necesario conocer la anatomía y fisiología del baile, observar las técnicas de entrenamiento y de movimiento para prevenir lesiones, así como conocer los límites físicos y psicológicos a los que pueden llegar los bailarines.


 En tanto, el doctor en Medicina J. David Cassidy señala que la literatura sobre medicina de la danza es "joven", lo que "limita" la posibilidad de sacar conclusiones consistentes. Sin embargo, el médico sugiere que las lesiones musculoesqueléticas son "un problema de salud importante" para los bailarines y "es necesaria" una investigación de mejor calidad en esta área especializada.



Fuentes: 


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