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DESIGUALDAD SOCIAL: UNA BARRERA DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD

  • Foto del escritor: Luciano González Epalza
    Luciano González Epalza
  • 14 may 2024
  • 3 Min. de lectura

Los estudiantes del tercer cordón del Gran Buenos Aires tienen mayores dificultades económicas y son los que menos llegan a la Educación Superior, según una investigación de la UNLaM.



En el país, seis de cada diez niños y adolescentes son pobres, según un estudio realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA), y en ese sentido, la desigualdad social dificulta el aprendizaje para aquellos que necesitan de la educación para salir de esa situación. La educación pública brinda esa oportunidad a aquellos que la necesitan, pero ¿qué sucedería si se privatizara?


Investigadores de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM) publicaron en 2022 una investigación acerca del pasaje educativo del nivel medio (secundario) al superior (universidad), ligado al impacto que producen las desigualdades sociales en las posibilidades de egreso, tomando datos del periodo 2017-2019 y enfocándose en las escuelas del interior de La Matanza, más precisamente en el segundo y tercer cordón del partido.



Los investigadores determinaron, a partir de encuestas realizadas por la Jefatura de Gabinete de la Municipalidad de la Matanza, que el cordón 1 (barrios más cercanos a la Capital, y más urbanizados) el 6,5% de su población es pobre, mientras que en el cordón 2 (menos denso y mayor proporción de clase media baja y baja), asciende a 23% los niveles de pobreza, en tanto que en el cordón 3 (zona semi rural), la pobreza alcanza el 37%.


Alejandra Conde, Magister en Política Educativa y docente de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM), una de las investigadoras a cargo de la investigación, cuenta que se encontraron con la dificultad del acceso a los datos disponibles tanto por el contexto de pandemia en el que se desarrolló la investigación, pero sobre todo, por la “fragilidad del acceso a la información”, ya que muchos datos que consiguieron, no se encuentran disponibles en la actualidad.


“La sistematización de la información es una problemática en la educación, porque el ámbito educativo es a veces muy receloso de ciertas cuestiones ya que los organismos oficiales no la brindan de forma pública”, asegura la investigadora.


La dificultad de acceso a los datos complejizó la investigación, pero pudieron determinar que alrededor del 50% de quienes se inscriben en la UNLAM, provienen de escuelas de gestión estatal de La Matanza y dentro de ese porcentaje, un 25% pertenecen al segundo cordón y un 10% al tercer cordón.


“En el tercer cordón queda reflejado el porcentaje de los que tienen mayores dificultades económicas o discrepancias que estudian en la universidad”, asevera la investigadora, pero un dato que le llamó la atención, en ese periodo comprendido, es el “descenso continuado del porcentaje de no promovidos (repitentes) del nivel medio”, principalmente en el segundo cordón. Es decir, que “cada vez hay más alumnos que terminan el secundario”.



¿Educación pública o privada?


En un contexto de año electoral, en el que circulan discursos sobre la financiación de la educación pública, Conde sostiene que es “un escenario improbable” ya que no cree que se pueda llegar a eso. “Yo no lo puedo ni pensar porque sería como un imposible, la educación ya está fundada de esta manera y pienso que los argentinos no vamos a permitirlo”, sentencia la investigadora.


En esa misma línea, la Magister en Política Educacional ratifica que “la educación privada es necesaria” porque no hay tanta cantidad de escuelas públicas para todos los alumnos del país y agrega que “es una necesidad del estado que haya escuelas privadas y puedan convivir”, aunque destaca que deberían evaluarse su calidad. “Hay escuelas privadas con subvención que no tienen control y son de baja calidad y realmente no se hacen las cosas bien, tienen que ser controladas como todas”, precisa.


De esta manera, destaca la importancia de que la educación pública le brinde oportunidades a aquellos que no pueden pagarla, pero al mismo tiempo sostiene la necesidad de mejorarla. “Yo estoy a favor de la educación pública, tiene que haber escuelas públicas, pero que tenga calidad y que algunas cosas cambien, porque tampoco es justo que haya escuelas que, si llueve, los alumnos no vayan, o porque se cae el techo”, sostiene Conde.


Según Conde, este trabajo puede contribuir para analizar a futuro las distintas variables que aquejan el abandono de la educación media, tomando como datos algunos indicadores específicos para llevar adelante una nueva investigación.


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