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LAS LOOT BOXES: UNA POSIBLE VÍA HACIA LA LUDOPATÍA

  • Pablo Rivero
  • 19 nov 2024
  • 6 Min. de lectura

Los videojuegos están plagados de micro transacciones, que alientan conductas adictivas. Expertos analizan las consecuencias sobre los más jóvenes: juego compulsivo, ansiedad y alteraciones en el sueño.



Las loot boxes, o cajas de botín, son cofres virtuales en muchos videojuegos modernos. Pueden comprarse con dinero real o moneda del juego, y contienen ítems aleatorios que van desde decoraciones estéticas hasta poderosas herramientas que ofrecen ventajas en el juego. La incertidumbre de no saber qué obtendrás hasta abrir la caja genera una emoción similar a los juegos de azar, advierten los especialistas en adicciones.


La similitud de las loot boxes con las apuestas ha generado preocupación en la comunidad científica y, particularmente entre los especialistas en salud mental, por su falta de regulación y su diseño adictivo. Los jóvenes, cuyo desarrollo mental cerebral aún está en curso, son particularmente vulnerables. Pueden gastar grandes sumas de dinero sin darse cuenta, lo que puede llevar a consecuencias financieras y emocionales serias, advierten varios estudios.


Recordemos el caso de la adolescente china de 13 años que gastó en cuatro meses el ahorro de su familia, es decir, casi 64.000 dólares: gastó 17.000 dólares en videojuegos, 29.526 en micro transacciones y también 17.000 dólares que pagaba a varios de sus compañeros de clase para evitar que la molesten.


Esta presencia constante de las loot boxes en videojuegos tan populares como FIFA, Overwatch (en su momento) y Hearthstone expone a los jóvenes a estas prácticas regularmente, naturalizando y aumentando el riesgo.


Esta práctica se utilizó tantos años hasta que llegaron a transformarse en un pilar para la producción de un videojuego como la saga de FIFA, que con cada edición que sale año tras año, las ventas de las micro transacciones del Ultimate Team sobrepasaban con un gran margen a las ventas del juego base.




Efectos psicofisiológicos en los usuarios


Según un estudio de la Universidad de El Salvador, las cajas de recompensa generan respuestas psicológicas y fisiológicas a partir de las mecánicas de monetización de los videojuegos. Por ejemplo, durante la fase de anticipación de abrir una loot box, los jugadores experimentan altos niveles de activación psicológica. Este fenómeno es similar al que se observa en situaciones de apuestas, donde la incertidumbre sobre el resultado genera una respuesta emocional intensa.


El trabajo de Tuculet y Pedrón precisa que “los efectos más alarmantes relacionados con las loot boxes aparecen cuando se consideran en relación con niños y adolescentes, ya que estos son más propensos a normalizar el juego de azar a una edad temprana, lo cual resulta preocupante. A corto plazo, la exposición puede generar problemas en el manejo del dinero, juego compulsivo, ansiedad y alteraciones en el sueño”.


“A largo plazo, la exposición a las loot boxes puede aumentar el riesgo de desarrollar ludopatía. Por eso, es vital que padres y educadores estén alertas ante estos peligros y fomenten conversaciones sobre el juego responsable”, explica Joaquín Tuculet, psicólogo y uno de los autores del estudio, en diálogo con Elemental Ramón.

Tuculet considera que las loot boxes constituyen una forma de juego de azar, ya que su mecánica de ofrecer recompensas aleatorias a cambio de dinero real se asemeja a las apuestas tradicionales. “Es similar a las tragamonedas”, comenta, “pues los jugadores no tienen control sobre el resultado y, a menudo, sienten la necesidad de 'intentar una vez más' para obtener lo que desean”.


Además, al igual que en las apuestas, en las cajas de botín los usuarios no pueden predecir el resultado de su inversión. En las loot boxes, los jugadores pagan para recibir un objeto de un conjunto de posibilidades, donde la calidad y la rareza de los objetos son aleatorias.


“La incertidumbre juega un rol fundamental en las loot boxes. No saber qué recompensa se obtendrá genera una activación dopaminérgica asociada a la anticipación”, puntualiza Tuculet, quien vincula este fenómeno al refuerzo intermitente para promover conductas repetitivas y adictivas, en la búsqueda compulsiva de nuevos intentos.


Las experiencias negativas asociadas con las loot boxes, como la frustración por no obtener el ítem deseado después de múltiples intentos, pueden afectar la salud mental de los jóvenes. Pueden experimentar niveles elevados de estrés, ansiedad y baja autoestima, especialmente si sienten que han "fallado" al no obtener la recompensa deseada.


Los jóvenes, con su desarrollo cerebral aún en proceso y su susceptibilidad a las influencias sociales y tendencias, son particularmente vulnerables a los peligros de las loot boxes. Diversos estudios han demostrado una correlación entre el gasto en loot boxes y los síntomas de problemas de juego, destacando la necesidad urgente de abordar esta problemática.


Especialistas en el tema como Marco Fenoll, un psicólogo de la Universidad Miguel Hernández de Elche, hacen un llamado a organismos legislativos y gubernamentales para que establezcan un mayor control sobre la venta y distribución de videojuegos que utilizan loot boxes, con el fin de proteger a los jugadores, especialmente a los más jóvenes.



La batalla constante contra las loot boxes.


En Bélgica y los Países Bajos, algunas formas de loot boxes han sido declaradas ilegales, ya que se consideran equivalentes a las apuestas. Estas medidas buscan proteger a los jugadores, especialmente a los más jóvenes, de los riesgos asociados con estas prácticas.

Bélgica, por ejemplo, ha sido pionera en esta área, declarando en 2018 que las loot boxes violaban las leyes nacionales de juego y, por lo tanto, debían ser eliminadas de los videojuegos vendidos en el país. Esta decisión ha llevado a que varios desarrolladores de videojuegos modifiquen sus productos para cumplir con la ley belga.


En los Países Bajos, un tribunal también dictaminó que las loot boxes en algunos juegos funcionaban como un juego de azar y ordenó a las compañías a eliminarlas bajo amenaza de enfrentar fuertes multas. Estas decisiones han establecido un precedente y han incentivado a otros países a considerar regulaciones similares.


Para prevenir y regular las loot boxes, se pueden implementar varias medidas. Una de las propuestas más comunes es la inclusión de mecanismos de transparencia que informen a los jugadores sobre las posibilidades de obtener ítems específicos dentro de las loot boxes, lo que les permitiría tomar decisiones más informadas y reduciría la naturaleza engañosa de estas prácticas.


Otra iniciativo que propone el psicólogo Marco Fenoll, es que los desarrolladores y compañías de videojuegos implementen cambios en los sistemas de loot boxes, como mostrar los porcentajes de obtención de los objetos, establecer límites de gasto y crear sistemas que impidan la adquisición de loot boxes a jugadores que lo soliciten.


Además, podrían introducirse controles parentales más estrictos para que los padres establezcan límites en la cantidad de dinero que sus hijos pueden gastar en loot boxes, así como la capacidad de supervisar las compras realizadas dentro del juego. Estas medidas ayudarían a proteger a los jugadores jóvenes de gastar sumas exorbitantes de dinero sin el conocimiento o consentimiento de sus padres.


En términos de regulación, Tuculet propone establecer marcos legislativos claros que clasifiquen estas mecánicas como formas de juego de azar.


“Algunos países, como el Reino Unido, ya están avanzando en este sentido, exigiendo a las empresas que sean transparentes sobre las probabilidades de obtener ciertos artículos y limitando la edad de los jugadores. Pero como pasa con muchos temas relacionados a la tecnología, las regulaciones vienen muy por detrás de las innovaciones.”, argumenta Tuculet.

En cuanto a las terapias específicas para abordar este trastorno, algunos autores como Tuculet consideran que la terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las más efectivas, ya que se basa en la premisa de que los pensamientos influyen en las emociones y comportamientos de las personas. A través de este tratamiento, los pacientes pueden aprender a identificar y desafiar patrones de pensamiento distorsionados que los llevan a la compulsión y la ansiedad, lo cual les ayuda a desarrollar estrategias más saludables para manejar sus impulsos.


La educación como alternativa


También se enfatiza la necesidad de programas educativos que informen a los adolescentes y sus familias sobre los riesgos asociados con el uso de loot boxes y el juego problemático, promoviendo un uso más consciente y responsable.


Y, por último, se propone la implementación de programas de intervención en el entorno escolar que aborden el uso problemático de loot boxes, centrándose en la educación sobre el tema y en el desarrollo de habilidades para la toma de decisiones.


Referencias




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