¿POR QUÉ EL INTESTINO ES EL SEGUNDO CEREBRO?

Cuando se desequilibra la microbiota intestinal, conformada por bacterias y microorganismos, nuestro sistema nervioso central también se altera. Los especialistas recomiendan una alimentación antinflamatoria y rica en fibra.

Incluso antes de que la ciencia les diera la razón, las expresiones populares como “tengo un nudo en el estómago” reflejaban la relación entre el intestino y las emociones. El intestino es considerado hoy como el segundo cerebro debido a que se ha comprobado que alberga 200 millones de neuronas.

Este descubrimiento dio lugar a la denominación de eje intestino-cerebro y reveló que ambos órganos están en interacción permanente. La microbiota intestinal también forma parte de la relación, ya que según un trabajo de la Universidad Nacional Autónoma de México es una aliada esencial en el bienestar del organismo humano.

Es la encargada de metabolizar ciertos alimentos, producir vitaminas, proteger el intestino y regular el sistema nervioso. Además, aunque la serotonina se sintetiza en el cerebro, el intestino es el que produce la mayor parte, por ello se lo relaciona con algunos trastornos psíquicos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un intestino sano es fundamental para el bienestar físico y emocional, así como una alimentación adecuada que facilite el equilibrio de la microbiota contribuye a evitar enfermedades crónicas.

Cuando la microbiota se desequilibra pueden aparecer desde patologías intestinales, como la inflamación intestinal o el sobrecrecimiento bacteriano (SIBO), hasta incluso otros trastornos como ansiedad o depresión.

Sobrecrecimiento de bacterias en el intestino.

Existen ciertos indicadores que pueden sugerir que la microbiota esta desequilibrada. Entre ellos se encuentran la hinchazón y distensión abdominal, gases, diarrea y estreñimiento frecuentes, dolor abdominal, la presencia de una lengua blanca y la aparición de intolerancias alimenticias.

¿Cómo mantener la microbiota intestinal en equilibrio?

Es esencial tener una alimentación adecuada, consumir productos fermentados y probióticos, hacer ejercicio de forma regular, manejar el estrés, consumir agua en abundancia y evitar alimentos procesados y azucaradas.

Además, según los estudios, llevar una alimentación antinflamatoria y consumir fibra resultan fundamentales para mantenernos saludables.