top of page

EL FUTURO DE LA ALIMENTACIÓN TIENE SEIS PATAS

  • Foto del escritor: Alejo Maldonado
    Alejo Maldonado
  • 25 nov
  • 4 Min. de lectura

Investigadores argentinos sugieren el cultivo de grillo como una alternativa a la ganadería. Debido a su baja contaminación, eficiencia y facilidad, la producción de carne de insecto se plantea como una interesante opción de alimentación sustentable.


¿Sabías que para producir un kilo de carne vacuna se necesitan 15 mil litros de agua? Este es el equivalente a una pileta mediana llena o a la cantidad de agua que una persona promedio gasta en 3 meses. La ganadería no solo gasta recursos, sino que además los contamina, por eso la producción de carne de grillo se presenta como una gran alternativa a nivel global.


La entomofagia, es decir, la práctica de comer insectos, se caracteriza por su eficiencia. Producir carne de grillo implica un menor gasto en alimentos que el utilizado para generar otro tipo de carnes. El Dr. Daniel Caporaletti, biólogo y director de “Grillos Capos”, empresa que comercializa carne de insectos para consumo animal, es uno de los referentes en el tema y fue entrevistado por Elemental, Ramón. “Los insectos bioconvierten residuos alimenticios como el bagazo de cerveza o el orujo de pera y manzana, lo que abarata los costos de alimentación”, explica el investigador que trabaja hace 20 años en este campo.


ree

 

El cuerpo del grillo rayado (Gryllodes sigillatus) tiene más del 55% de proteínas, esencial en la alimentación humana. Otras investigaciones demuestran que la carne de grillo posee enzimas anti-glucémicas y anti-hipertensivas, por lo que su consumo ayuda a reducir la diabetes y la presión sanguínea. En suma, la carne de este insecto contiene grasas monoinsaturadas, que son necesarias para reducir el colesterol y prevenir enfermedades cardiovasculares.


Los estudios dan cuenta que la entomofagia no sólo aporta ventajas alimenticias, sino también beneficios ambientales. La carne de grillo genera bajas emisiones de efecto invernadero, casi no contamina los cuerpos de agua, utiliza poco espacio para el cultivo y no representa un impacto negativo para los suelos. También, las excreciones secas de estos insectos son aptas para su uso en abono sin necesidad de un compostaje previo.



¿Alguna vez viste un grillo? Es probable que tu respuesta sea afirmativa por el carácter cosmopolita del insecto, dado que se encuentra en casi todas partes del mundo. Por este motivo, la carne de grillo es producida tanto en países asiáticos, como Taiwán o Vietnam, hasta países americanos, como México y Argentina.


La entomofagia en la Argentina, un debate legal


Si bien consumir insectos no está permitido en Argentina por la falta de regulación, SENASA habilitó la categoría “producción de insectos para consumo animal” en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (RENSPA). De esta manera, se sentaron las bases para que los establecimientos dedicados a esta actividad puedan inscribir sus explotaciones, aunque no para el consumo humano.


Según Caporaletti, “no tiene justificación” que solo sea habilitada la producción de insectos para el consumo animal ya que, hubo dos informes en el que participaron autoridades como la ANMAT, el SENASA o la Red de Seguridad Alimentaria del CONICET que explican y fundamentan los beneficios de la entomofagia. Por otra parte, hay países como México donde el consumo de grillos o “chapulines” como snacks es cultural ya que es una práctica milenaria.


El investigador atribuye la falta de regulación para el consumo humano al exceso de burocracia. “Así pierde una vez más Argentina - reflexiona el biólogo -, pierde una oportunidad de generar puestos de trabajo, de generar producción, de tratar de aportar algo a la balanza comercial”.


Argentinos… ¿comerían insectos?

Una encuesta a 1200 personas llevada a cabo por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) muestra que todavía gran parte de la población rechaza el consumo de insectos pero que la aceptación aumenta del 20% al 60% cuando se presentan de forma procesada como en galletitas, harinas, etc.


ree

La harina de grillos se presenta como una interesante opción para, poco a poco, acercar a la población al consumo de insectos y puede utilizarse para la elaboración de panificados o fideos, alimentos que los argentinos están acostumbrados a comer pero con un incremento en el aporte proteico.




Según Caporaletti, el sabor de los productos elaborados con harina de grillo se “acerca un poco” a los productos hechos a base de harina de algarroba.

El emprendedor incluso compara el sabor de los grillos enteros con el de las semillas de girasol. “Depende mucho de la receta porque uno los puede hacer dulces, salados, crocantes, salteados, fritos. Yo probé chapulines mexicanos -recuerda el científico- y me gusta más como los hacemos nosotros, porque son menos picantes”.


El director de “Grillos Capos” remarca que el objetivo de la entomofagia no es reemplazar alimentos “tradicionales” con alimentos “nuevos” sino que se busca “ampliar la dieta para que la gente tenga derecho a elegir”. “Mi mujer probó insectos, pero jamás la voy a convencer que los coma de forma rutinaria y como ella hay mucha gente que no le gusta y no los voy a cambiar con ninguna campaña”, ejemplifica el doctor.


ree

Polémico y beneficioso. Nutritivo, pero no para cualquiera. La entomofagia implica un cambio de paradigma, sobre todo para gran parte de las sociedades occidentales. Sin embargo, algunos la catalogan como la comida del futuro. ¿Quién sabe? Quizá en unos años nuestras mesas estén repletas de estos nuevos ingredientes, los insectos.


Fuentes




2 comentarios


chiarappamatematica
26 nov

Excelente información! Muy claro todo

Me gusta

Federico Maldonado
Federico Maldonado
25 nov

Interesante nota de investigación. En casa hemos probado galletas con harina de insectos.

Me gusta
bottom of page